Sin coraza - Autorretrato

Las manos se encogen sobre el teclado. Mejor escribo en el cuaderno de espiral que siempre me acompaña. Busco un bolígrafo azul de esos que parecen escribir solos.
Dudo.
Quizá no sea yo la que quede reflejada con mi independencia y rebeldía. Quizá no queden perfilados la variedad de paisajes que surcan mi alma. Ya se sabe que los que escribimos nos hacemos trampas.
Lo intento.
Mi rebeldía se ha suavizado con el tiempo, pero basta que una noticia llegue a mis oídos sobre atropellos o infamias para que me encienda como un volcán. Solidaria y generosa una cerilla no ilumina la tierra, pero somos muchas en ese afán.
De pequeña las nubes encendían mi imaginación al enredarme con sus historias. Fue mi primer libro. Hoy, lectora empedernida, cuando me siento impotente escribo. Siempre he escrito cuando las cosas se me han complicado, cuando me he sentido sola, cuando he vivido momentos convulsos. También: mis sueños, mis aventuras, mis miedos...
La lectura ha sido mi compañera y la escritura mi cómplice. Ha sabido escucharme y me ha aportado luz. Tiempo he pasado emborronando cuartillas, intentando interpretar los renglones torcidos de Dios.
Forjada en una ciudad donde el frío es frío y el calor, calor; lo mío es ser directa. No me pidas: "la verdad aunque duela", cuando lo que esperas es un elogio que satisfaga tu vanidad.
También sé callar.
No sé sonreír a medias ni amar a medias. Entre el negro y el blanco, buceo en la gama de grises y aprecio sus diferentes tonalidades. Lo que no entiendo es la falsedad.
Hace ya tiempo que llevo el control del gobierno de mi vida, no sigo modas para aparentar ni religiones donde comerse los santos de manera hipócrita, valoro más el ser que el parecer. A mis veinte años me cuestionaba un futuro incierto, pero me comía el mundo. Ahora con mucha más experiencia, los terrenos movedizos por los que se desliza el mundo marcan un futuro sin agarres ni asideros. Mi energía positiva y mi entusiasmo me hacen pensar que me mantendré ágil para ser flexible ante los cambios venideros. Agradezco a la vida las cartas que me ha dado. Pinto sonrisas y levanto ánimos entre aquellos que lo son todo para mí y que me quieren tanto.
©María Pilar