En un mundo cada vez más contaminado y hormigonado, despreciar las necesidades estéticas, hacer caso omiso de la sensualidad y la calidad perceptiva, dificulta terriblemente la reorientación hacia la sustentabilidad. Sin belleza no cabe imaginar una vida humana cumplida
Jorge Riechmann
Utilizo el lema de una de las campañas que se promovieron para que a los países del sur se les condonara la deuda. No podía ser, decíamos, que hubiera países empobrecidos que no pudieran pagar la sanidad ni la educación y se les obligara a tener que pagar deudas contraídas por gobiernos sin legitimidad social y controlados muchas veces por las Transnacionales del Norte.
El debate político está en si toda la deuda es legítima, ¿hay que comprometerse a pagarla por encima de todo, toda deuda? La deuda se convierte en un instrumento de manipulación de la voluntad del pueblo,porque sirve para condicionar a los gobiernos títeres que quieren poner los intereses de una minoría por encima de todos los demás.
Tenemos que adelgazar el modelo que el sistema capitalista estaba generando para buscar otro modelo más compatible con los límites que el Planeta nos impone, es imposible poder sobrevivir toda la humanidad al ritmo de consumo que lo hacíamos y lo siguen haciendo algunas personas. Introduzcamos debates que alguien nos quiere hurtar, queremos generar otro modelo económico y que en el imaginario social la gente camine hacia una sociedad con una mayor sustentabilidad.
Es necesario que la gente pierda el miedo a los debates políticos que se están introduciendo en nuestra sociedad pese a los miedos del poder y los intentos para silenciarlos y pongamos el pago de la deuda en entredicho. Ddigamos que no se pueden pagar las deudas del Ministerio de Defensa, que es ilegítma ya que solo beneficia a la gran banca, injusta, porque la está pagando la población en lugar de los responsables de la crisis e inmoral, puesto que pone en entredicho el bienestar de los más empobrecidos. Estar pagando semejantes cantidades cuando se están poniendo en cuestión derechos básicos como la salud o la educación de las personas no es posible.
¿Quién establece este orden de prioridades? Se equivoca y además no es claro cuando lo plantea a la sociedad, miente porque no se atreve a decir las cosas como las piensa porque sabe que el pueblo no le va a votar. Y miente cuando dice que es la única alternativa con un discurso apocalíptico donde no hay posibilidades políticas más allá de la sumisión a los mercados. Y miente cuando dice que lo hace en contra de sus convicciones porque en política hacer las cosas contra las propias convicciones implica renunciar a la política para buscar otras opciones.
¡Digamos no al pago de la deuda!