Revista Educación

Sin fotos

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Sin fotosCuando mi amigo Gabi y yo llegamos a aquel poblado de Laos cargados con nuestras mochilas sólo sabíamos que había una torre para ver elefantes salvajes durante la noche, aunque no era la mejor época para hacerlo porque andaban por otros sitios… Tampoco nos importaba mucho. Nuestra intención era quedarnos allí un par de días o tres, estar con la gente y ver algo de naturaleza. Sin prisas. Sin exigir nada a nadie. Sin esperar ningún recibimiento. Si algo me gusta de viajar con mi amigo es que compartimos muchas cosas como viajeros. Nos gusta pasar desapercibidos (algo casi imposible en un país asiático, pues en seguida se ve que somos “guiris”). Así que cuando llegamos al poblado de casitas de madera y nos señalaron una especie de bancos con porche para que esperásemos ahí, lo hicimos sin más. El ambiente era tranquilo y relajado. Un grupo de hombres charlaba en laosiano. Obviamente no entendíamos nada. Al rato llegó un señor que chapurreaba algo de inglés. Elegimos la ruta para ese par de días y decidimos pasar una noche al raso, en la jungla. Nos indicó quiénes iban a ser nuestros guías. Y nos preguntaron si comíamos comida occidental o laosiana. Por supuesto, respondimos que laosiana. Y nos sentamos en el suelo, en la que debía ser la cabaña comunitaria, pues allí se reunieron al menos veinte personas alrededor de una enorme alfombra que fue llenándose de platos sencillos pero deliciosos. El arroz, la sopa, la carne, el pescado… Y cómo no, la BeerLao, una cerveza laosiana muy apreciada en Asia. Para rematar, unos deliciosos plátanos muy pequeños y dulces, y un licor: el LaoLao, un aguardiente que lo mata todo. Al final de la comida, cogieron un micrófono y empezaron a cantar… ¡como en un Karaoke! Nos pasaron el micro diciendo “¡sing song!” y tuvimos que salvar la dignidad como pudimos. Lo pasamos muy bien aquella tarde. No se nos ocurrió hacer fotos. Aquello no era una atracción. Y les aseguro que nunca, jamás, podré borrar esas imágenes de mi memoria.


Volver a la Portada de Logo Paperblog