Revista Coaching
Pocas veces me dispongo a escribir ante el papel en blanco como un propósito, por eso nunca he sentido ese miedo a la falta de inspiración; lo hago sin esfuerzo, dejándome mecer por las olas de la creación, y permitiendo que el poso de las experiencias de mi día a día comunique las más hondas sensaciones. Ni siquiera elijo demasiado las palabras adecuadas, porque sé que la energía que hay tras ellas se encarga de que florezca su expresión.