Revista En Femenino

Sin mirar atrás

Publicado el 19 octubre 2012 por Hogaradas @hogaradas

Por Hogaradas

No me caracterizo precisamente por mirar atrás. Lo que hace unos ańos carecía de importancia, ahora se ha convertido en un aspecto más de mi carácter a tener en cuenta, ahora que ya el tiempo, los ańos y los cambios, me han hecho reflexionar acerca de ello.
Como buena Sagitario tengo dos almas, la de nómada aventurera e inquieta, y la de quien aferrada a un mismo lugar, prefiere quedarse anclada en la tranquilidad que le proporciona esa realidad. Pero es cierto también que nunca he llegado a tales extremos, sino que a lo largo de mi vida he ido combinando ambas personalidad en una sola, la mía, la de quien he sido, la de quien soy y la de quien, estoy segura, seré en un futuro.
Soy excesiva a veces, cuando me apetece y cuando creo que necesito serlo, y recatada otras, cuando también considero que es la opción más adecuada.
Tengo mi casa, que adoro, y en ningún lugar me encuentro más segura que entre sus cuatro paredes, pero me proporciona un enorme placer hacer de otras habitaciones las mías, y es por eso que mi casa también está donde yo estoy.
Voy y vengo siempre que puedo, y permanezco anclada a mi espacio con la tranquilidad de quien precisa en ese momento no explorar ningún nuevo horizonte.
Me gustaría haber hecho muchísimas cosas, pero siempre he hecho lo que he querido; el resto, se ha quedado para otra vez, para cuando la vida me haga decidir que en ese momento es lo que debo elegir, pero esta vez, han sido estas y no otras, en las que he buscado, lo que buscamos todos, la felicidad.
Siempre, eso sí, veo el vaso medio lleno, nunca medio vacío, incluso cuando en vez de sedienta, ya te sientes deshidratada, aun así, nunca, nunca jamás mi mente ha conseguido ver un vaso medio lleno. Exceso de optimismo, a veces, también es cierto, pero aun así, creo que no soy mala consejera, porque sé como frenar a tiempo, justo cuando me encuentro al borde del precipicio, o como siempre me gusta decir, retirarme discretamente a mis aposentos antes de que nadie me invite, seguro que no demasiado amablemente, a hacerlo.
Nunca he sido amiga de mis parejas, pocas, todo hay que decirlo. Solamente ha habido dos personas, con las que he compartido sobre todo amistad, además de amor, y esas sí están en mi lista de contactos. Cuando el amor es tan intenso que supera con creces la amistad, no concibo más relación que la de no tener ninguna. El dolor, sea de parte de quien sea, siempre existe, y el amor, una vez que deja de existir, no deja más vínculo de unión, precisamente por eso, porque en su día, lo ocupó todo.
Soy todo lo que necesite en cada momento quien me ama y a quien amo, quien lo hace hoy, desde hace ya tiempo, más del que seguramente ambos creemos. Solamente tengo un corazón, y en él únicamente hay cabida para ese amor, el suyo, el que he decidido que lo llene todo, cada pequeńo rincón. Solo tengo ojos para él y solamente veo mi mundo a través de esos ojos.
No hace mucho dejé atrás lo que sin duda fue uno de los grandes sueńos de mi vida, y esa decisión fue tan dolorosa como todas las alegrías que me produjo. Pero se quedó ahí, en muchas noches de insomnio hasta saber que era eso, y no otra cosa lo que debía hacer.
No, nunca he sido una persona de las que miran hacia atrás, aunque si lo hiciera, sí sería para tomar impulso, el mismo que me ha servido tantas y tantas veces a lo largo de mi vida para seguir adelante.


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