Sin noticias de Gurb

Pues parece que el personaje de este libro, fantasioso, extraño e hilarante, se hubiera encarnado en mí misma en las últimas semanas (si no meses). Si no han leído la novela, se la recomiendo. Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, es una sátira elegante y divertida en la que perfectamente podemos vernos reflejados. Yo, entre visitas del papa, campañas electorales, anuncios de homeopatía, rebeliones griegas, el aumento salvaje del paro, tele basura de lo más barriobajero, anuncios de alarmas y mazazos de la Merkel, creo que he superado mi cupo. Pocas cosas podrían sorprenderme. Si fuera una extraterrestre que intenta adaptarse y pasar desapercibida no sé si iría a las urnas (que iré) con un capirote en la cabeza; no sé si me sentaría en una plaza a ver cómo comen las palomas; no sé si me metería en un banco a sacar todo mi dinero para meterlo bajo el colchón o si, tal vez, acabaría pidiendo por favor a algún policía que me encerrase en una habitación insonorizada y sin ventanas para dejar de ver y oír tanta tontería. Sin lugar a dudas, odio la perturbación que me provoca este mundo alterado. Ya sé que meterme en un bar y ahogar mis penas en alcohol, como el protagonista del libro, no es la solución.  Pero que alguien le dé al botón de “fw”, por todos los dientes del tiburón blanco (que son muchos) y que esto pase rapidito…

P.D.: Del mismo autor les recomiendo El asombroso viaje de Pomponio Flato… toda una maravilla del humor bueno.