Espero nunca llegue el día en el que tenga que utilizar esa frase. Más que señalar lo increíblemente maravilloso espectacular o lo más deplorable injusto bajo vil; denota la incapacidad de poner en palabras lo que se siente. Y si uno no es capaz de poner en palabras lo que uno siente, no es posible expresar lo que se desea y si uno no puede expresar lo que desea uno no puede cambiar el mundo.
“Yo no quiero cambiar el mundo”, puedes decir; pero tal vez quieras conservar los momentos importantes de tu vida. La memoria falla, los recuerdos mienten; al menos tendrás una referencia, y podrás decir: “yo escribí esto, ¡qué gusto!”
A veces uno no puede decir “sin palabras” y a veces uno se paraliza, y a veces uno no sabe cómo actuar, a veces uno puede pedir ayuda. A veces uno en verdad se queda sin palabras y uno como que no existe.