Desde este modesto espacio en la web, me gustaría plasmar una de las sorpresas que me he llevado en los último años en esta industria del videojuego. Tengo poco más de dos décadas a mis espaldas, y he jugado a muchos títulos, siendo unos más originales que otros, por supuesto, pero nunca dudando de quién me iba dar esa diversión: EA, Konami, Ubisoft... es decir, grandes compañías dedicadas a este sector. Pero... ¿eso sigue así?
En los últimos años, todo el sistema de distribución de videojuegos se ha visto modificado por un elemento crucial: internet. Un sistema que ha conseguido poner en sus sitio a muchos de los proyectos que nacían de las manos de unos cuantos chavales que querían hacer un sueño realidad y no de una gran empresa obsesionada con los beneficios. Sinceramente, me cuesta creer que gente como la desarrolladora de Street of Rage Remake crearan ese juego para poderse lucrar de forma exagerada, recordemos que el juego era totalmente gratuito.
La imaginación ha sido dejada a mano de una serie de personas que aparecen de la nada, o al menos de una posición más humilde que la de las grandes compañías. Me gustaría que recordarais una de las obras de arte sacadas en Xbox Live hace un tiempo: Braid, un juego que por su ambientación, gráficos y música conseguía plasmarte en tu televisor una danza de buen hacer y emociones. No quiero decir que hayamos perdido esa emoción en las grandes superproducciones, aunque eso habría que razonarlo mejor, pero sí es cierto que puede que esta carga emotiva tenga un mayor peso en estos juegos.
La escena de juegos con un presupuesto más bien austero está haciendo que los diseñadores agucen el ingenio, dando mecánicas nunca antes vistas o planteadas en situaciones a las que no estamos acostumbrados. Juegos minimalistas, donde el blanco y negro es nuestro mayor aliado o donde la simplicidad de la obra es la base para la comprensión de la misma. Una esencia que mana de pocos cerebros de esta adinerada industria, como las de los genios Mizuguchi o Ueda, gente que intenta realizar algo que, alo mejor, estamos más acostumbrados a verlo en una sección perdida de Steam o en los juegos Indies de Xbox Live.
Para finalizar este pequeño espacio que me acabo de marcar, solo quiero decir y, si es posible, concienciaros a aquellos que os llaméis amantes de este mundo tan fascinante como es el propio videojuego: adquirid estas obras por su cauce legal, incluso os insisto más que a las de las "supuestamente" grandes. Obras como la recientemente sacada ARK, Bastion, Ms. Splosion Man, Minecraft, Terraria... ya que si no consiguen ese apoyo de la comunidad, nunca volveríamos a verlas por su débil estructura económica. Y para cabar, solo quiero decirles a todos aquellos que siguen realizando estas obras: Gracias.