Sin temor a erradicarse, a sentir, volver a creer y encontrar cerrado. Sin temor a dar la mano y te tomen el cuerpo entero, y la espalda con pecas alineadas y sin contar que ellas no cuentan.
Sin temor a temer en soñar despierta, en volver a creer y abrir la puerta a la fuerza. Café para 100, té para nadie y cerveza para todos, sin temor a beber con resfriado, de noche y de día hasta pedir la segunda ronda de sueños.
Con temor por el suelo, y las botas de andar sin sentido, con palabras escritas en Braille y sentirlas con angustia hasta por los codos. Sin temor a leerte, a buscarle un significado a lo que sé y a lo que quisiera entender de ti.
Sin temor a equivocarme, que siempre es un error.
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