Revista Diario

Sin testigos

Por Esther
Sin testigos   Sin testigos. Sin nadie que nos mire, sin nadie que repruebe nuestro amor. Dime ahora lo que sientes por mí, he esperado demasiado. Estaba cansada de apariencias, de formalidades, de mentiras. De vivir en un mundo hipócrita y desgastado, obsoleto y lleno de prejuicios. Que el juez dicte su sentencia, que yo me mantendré al margen de sus leyes. Encarcelada antes que libre, pero muerta en vida. Tú eres el hombre al que amo, por más que se empeñen en separarnos. No quiero vivir a escondidas, arrepentida de lo que nunca fui capaz de hacer, odiándome a mi misma por no haber sabido romper con todo. Es mi naturaleza, mi manera de gritarles a todos mi profunda incomprensión. Me duele cada mirada, cada ironía, cada gesto de reproche, cada palabra vertiendo censura sobre mi relación. Donde ellos tratan de instalar el conformismo, yo me lleno de rebeldía y rompo todas las reglas. Me basta con saber que te tengo a mi lado y que ahora no hay testigos que nos señalen, ni murmuraciones tras cada esquina.
   Seremos dos enamorados viviendo a contracorriente, con la palabra renuncia siempre en los labios pero con la alegría que supone el no haber convertido una vida entera en lacerante secreto. Me despido de lastres y cadenas y me aferro al amor y a tus ojos de cielo. La sentencia que tenga que cumplir no será más dolorosa que la condena que supondría vivir sin tu amor. Por ello no tengo miedo. Voy a vivir lejos de todo lo que lastima, de las sombras que denuncian porque envidian lo que no fueron capaces de defender en su pasado. Sin testigos maliciosos, sin inquisidores con el alma negra que, de tanto condenar, se olvidaron de vivir en libertad.

Volver a la Portada de Logo Paperblog