Feliz año nuevo deberían o no decirlo nunca o decirlo dos veces a lo largo del año: el 1 de enero y el día de tu cumpleaños. En esa fecha comienza el año natural de cada cual. Vaya, ahora veo que también podrían deseártelo después del verano…
Hay varios momentos entonces a lo largo de la vida, tal y como está compartimentada, en los que podemos salir a la superficie a tomar aire o subir al palo mayor de nuestro barco vital para ver si aparece la costa, una isla desierta en la que descansar del decorado geográfico y humano que nos rodea habitualmente, una ocupada por aborígenes que se sorprendan de vernos, o algún náufrago como nosotros con ganas de conversación.
Esto de cumplir años es una convención como otra cualquiera. Tantas veces les preocupa más a los que te rodean que a uno mismo. La gente es muy cruel con eso de las edades en todas las épocas de la vida. Cuando tienes uno y todavía no caminas, cuando tienes dos y no hablas, cuando tienes tres y aún no vas al cole, cuando tienes uno menos que tus compañeros de clase y no te toman en serio, cuando aún no tienes 15, o 18, ni te cuento, o veintiuno, o treinta y aún no tienes novia, o esposa, ni hijos, ni trabajo estable, o tienes ya 40 y la casa sin barrer… Qué agobio se puede llegar a tener con esto de los años, y con todo si uno lo mira al revés.
A ti por entero quiero alguna vez a mi disposición acertando a ser tú, que me encantas.