La tarde de ayer fue una oda a la sinceridad.
Con un encierro de Núñez del Cuvillo, justo de todo, la transparencia del vestido de torear nos dejó ver que Manzanares, tras una temporada pasada en la que ha toreado mejor que nunca, no venía con ganas de nada a Valencia.
El Fandi, tras casi 20 años de alternativa, nos mostró por qué es El Fandi. Inicio con largas genuflexo, “lopecinas”, pares de banderillas de todas las formas y en todos los terrenos, entrando a los quites…. Esto es un Arte y como poco se ha de salir a la plaza a darnos espectáculo a los que pagamos para eso. Y si te corre en suerte un toro como el cuarto, el único con su puntito de casta, y le corres la mano largo le cortas una oreja a ley. Sincera la tarde del de Granada.
Y por último el peruano… Roca Rey había cortado una oreja al cuarto en la que él sabía que tampoco había pasado mucho, quería más. Entonces llegó al sexto y cuando acabó el Tercio de Varas se echó el capote a la espalda y citó de lejos, le pegó cuatro que nos dejó perplejos y remató con unos naturales y el de pecho con el capote a una mano que aún los estoy viendo… ¡ole! Con la muleta pegó una “arrucina” dándole el pecho al toro que ni el propio Arruza…
Lo dicho, la transparencia del vestido de torear nos dejó ver ayer a qué venía cada uno, la tarde fue una oda a la sinceridad.