Sincronizar la natación

CUANDO NOS EQUIVOQUEMOS, ESTEMOS DISPUESTOS A RECTIFICAR Y, CUANDO TENGAMOS LA RAZÓN, NO SEAMOS INSOPORTABLES. De P. Marshall

El Sol saldrá a las 6.06 h. y se pondrá a las 18,13 h. Hoy habrá Luna Nueva.

Ibón es un joven de 17 años que, siguiendo la pasión de su madre por la natación, incubó la pasión por la piscina. Le gusta disfrutar con lo que realiza en el agua y lo hace tan bien que se acaba de proclamar campeón de Euskadi de sincronizada en un deporte casi exclusivo para mujeres. En el campeonato logró la máxima puntuación de las 56 inscripciones y el título en la modalidad de figuras.

Una norma poco afortunada de la Federación prohíbe que los chicos se puedan presentar a los campeonatos nacionales en las categorías absoluta y juvenil, aunque no ponen ninguna traba a realizarlo en los territoriales. Es un caso parecido al sufrido el año pasado por un joven practicante de la gimnasia rítmica, que también tuvo vetada su participación en competiciones nacionales.

Es cierto que se trata de casos singulares, aunque no por ello deja de llamar la atención la poca sensibilidad que en el momento de legislar han tenido algunas federaciones en unos deportes que, siendo practicados mayoritariamente por mujeres, también es deseable que gocen de la participación masculina.

Ibón y la gente que como él nadan a contra corriente son dignos de proteger por parte de las federaciones y deben servir de estímulo para la participación de ambos sexos en el deporte, cuidando la igualdad de condiciones, pero poniendo mucha atención en unas reglamentaciones que fomenten su práctica.