
Es una de las malformaciones congénitas de los miembros más frecuentes ocurriendo en 1 de cada 2000 nacidos vivos. Los dedos afectos más frecuentes son el segundo y tercero.En cuanto a su tratamiento, en principio no es necesaria la cirugía. Pero existen dos excepciones: primero, que exista una discrepancia en el crecimiento de los dedos apareciendo una deformidad progresiva de los mismos y, segundo, que se desarrolle un problema psicológico muy grave que lo justifique, en ese caso.
