Todo lo que se relaciona con la actual ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, recuerda a aquel portero al que cuando le dieron un uniforme con dorados se puso grosero con los propietarios que le pagaban el sueldo.
Es filóloga y tiene un máster en cine, pero su principal trabajo ha sido el de guionista de, por ejemplo, la deplorable película “Mentiras y gordas”, un Gran Hermano más grosero que el de Telecinco.
Fue nombrada ministra en abril de 2009 por Zapatero, cargo rechazado previamente por el intelectual Miguel Bosé, porque quería en el cargo “alguien con glamour”.
Su primera decisión importante fue rebajar de Dirección General a Subdirección la imponente Biblioteca Nacional, que desde 1712 acumula veinte millones de piezas, medida que provocó dimisiones y el estupor, incluso la risa, internacional.
Alegó que debía reducir gastos, pero, mientras, ella repartía ingentes subvenciones a películas, incluyendo un millón de euros a su “Mentiras y Gordas”, e imponía trabas a internet para servir a la SGAE y grupos parasitarios similares.
Acaba de enfrentarse a Carmen-Tita Cervera, quien tras casarse con el Barón Thyssen trajo a España a precio de saldo la ingente colección del actual Museo Thyssen-Bornemisza.
Con la cuantiosa fortuna que recibió como quinta y última esposa de este, su tercer marido, creó a su vez una colección de 700 cuadros que se suman a los casi mil que dejó el Barón en Madrid.
Le vende o le presta permanentemente su colección al Estado siempre que se llame Carmen Thyssen, pero González-Sinde, que desprecia a esta exMiss España y exesposa del mejor Tarzán, Lex Barker, no quiere darle el gusto a quien tanto le deben los amantes españoles del arte.
Las pequeñas pasiones de los dirigentes discapacitados siempre dañan los intereses superiores de los pueblos.
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SALAS conoce muy bien las cosas del Gobierno:
Y ya que hablamos de cine, qué menos que recordar nuestra productora favorita, tantas veces reestrenada aquí:
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