Revista Opinión

Sindicatos sí, pero no estos

Publicado el 18 julio 2014 por Msnoferini

Con la cantidad de información que día a día aparece en los medios sobre los escándalos, excesos y probables delitos cometidos en Andalucía por el sindicato UGT a uno le es imposible abstraerse de dicha información y no sentir una tremenda repugnancia. Repugnancia de ver como unos simples y humildes trabajadores se han prostituido y en algunos casos se han enriquecido con un dinero que debería haber servido para mejorar la situación y la formación de tantos trabajadores y desempleados. Algo escandaloso que debería llevar a la dimisión de toda su cúpula de dirigentes ante la gravedad de los hechos, por no haber sabido depurar responsabilidades, por el poco respeto que han demostrado hacia sus propios afiliados y al código ético que ellos mismos aprobaron en el 2012 y porque con todo lo que se está destapando y tal como declaró el vicesecretario de administración del sindicato, Federico Fresneda, “es evidente que la comisión ejecutiva del sindicato estaba al tanto de la gestión y financiación de UGT Andalucía”.

Como trabajador me duele que los sindicatos se hayan llenado de corruptos más preocupados de sacar una buena tajada de su posición que en luchar desde la independencia de la honestidad, y sabiéndose libre de ataduras por no deber nada a nadie. Afiliarte a un sindicato no es una obligación, es un acto desinteresado que debería nacer del deseo de querer proteger y luchar por los derechos de los trabajadores. Pero para nuestra desgracia parece que la imperfección humana siempre acaba degradado y prostituyendo hasta los ideales más nobles.

Pero la desafección que buena parte de los trabajadores de este país tenemos hacia los sindicatos no es solamente como consecuencia de esas manzanas podridas que cual Judas se y nos vendieron por una pocas monedas, el principal problema probablemente esté en la pregunta ¿cómo es posible que ante la difícil situación por la que estamos atravesando, con unas elevadísima tasas de desempleo, con el alto índice de personas que han debido emigrar para poder vivir y sobre todo ante los drásticos cambios en política laboral los sindicatos mayoritarios sigan anclados en este aparente inmovilismo y ni se planteen convocar una huelga general? Y que nadie lo achaque a un ejercicio de responsabilidad de estado porque los que estamos abajo no nos lo creemos. Pero ya no es una simple cuestión de intentar paralizar el país o de hacerse oír en las calles, y no confundamos los actos convocados por otras plataformas a los que puedan adherirse este o aquel sindicato, es una cuestión de hacerse oír en los despachos y de no dejarse manipular ni ser ninguneados por el gobierno y la patronal. Porque ¿a cuántas estériles reuniones habrán asistido los principales dirigentes sindicales donde todo ya estaba decidido de antemano o faltas de contenido, como en más de una ocasión se ha destapado, con el único fin de que el ejecutivo pudiera hacerse la foto con los agentes sociales creando una falsa impresión de negociación y consenso? Pues seguramente a unas cuantas.

La respuesta al por qué de esta escasa contundencia de los sindicatos seguramente la encontraremos en la falta de independencia que tienen los sindicatos mayoritarios al ser financiados principalmente a través de fondos públicos y tal vez porque algunos de los delictivos excesos cometidos por los sindicatos era algo bien sabido por la propia administración, lo que hablando en planta le permitiría a nuestro ejecutivo de tenerlos cogidos por los huevos.

Pero  dejando de lado estos escándalos (que esperemos la justicia sepa juzgar con la contundencia apropiada a la gravedad de los hechos), el aparente inmovilismo y esta posible falta de independencia de los sindicatos está claro que los trabajadores de este país les seguimos necesitando, por eso desde aquí hago un llamamiento a todas aquellas personas honradas que aun siguen a bordo estos dos barcos a la deriva que son UGT y CCOO para que enderecen su rumbo, busquen nueva tripulación y naveguen a toda máquina hacia donde se les necesita, en la defensa de los derechos de los cada día más mal tratados trabajadores españoles.

MSNoferini

ugt


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