Revista Remedios

Síndrome de Cotard

Por Gabriel Giner @esaludcom

El síndrome de Cotard es un trastorno mental raro que se caracteriza porque las personas que lo sufren creen estar muertas, llegando incluso a creer que sus órganos se están descomponiendo o que los gusanos están devorando su piel.

La primera vez que se habló del síndrome de Cotard a lo largo de la historia fue en el año 1880, durante una conferencia en París. Fue el neurólogo francés Jules Cotard quien describió el caso de una paciente que negaba rotundamente la existencia tanto de Dios como del diablo; tampoco reconocía determinadas partes de su cuerpo y se negaba a alimentarse. Sentía que estaba condenada y que no podría morir de una manera natural ni en el corto ni en el largo plazo.

¿Qué es?

El síndrome de Cotard es una de las enfermedades mentales más extrañas que existen. Se trata de un trastorno relacionado con la hipocondría que hace creer a quienes lo padecen que están muertos; algunos pacientes incluso llegan a sufrir la putrefacción de sus órganos. Determinados casos del síndrome de Cotard se creen inmortales, incapaces de morir.

Los pacientes afectados por el síndrome de Cotard incluso llegan a creer que sus órganos internos se han paralizado y que, por tanto, están muertos. La gran mayoría de ellos incluso sienten olores desagradables, a carne putrefacta, así como gusanos que se deslizan por su piel. La sensación de estar muerto es 100% real.

En los casos más extremos de este trastorno mental, los pacientes llegan a defender en público que están muertos, al mismo tiempo que mantienen la idea de que son inmortales y se han convertido en un alma que vaga por el mundo.

Se trata de un delirio que se da especialmente en personas con depresiones muy graves, así como episodios psicóticos o delirantes. No obstante, también se puede presentar en pacientes con determinadas enfermedades mentales como esquizofrenia. Claro que el síndrome de Cotard también se puede dar en personas que han consumido drogas.

Causas del síndrome de Cotard

Causas del síndrome de Cotard

A lo largo de la historia se han realizado numerosos estudios tratando de averiguar cuáles son las causas del síndrome de Cotard. No obstante a día de hoy no se sabe a ciencia cierta, aunque hay dos teorías ampliamente aceptadas.

Por un lado, hay quienes defienden que son necesarios dos factores para que se desarrolle este tipo de delirio. En primer lugar, una anomalía neurobiológica que altera los mecanismos neuropsicológicos y que provoca que las personas comiencen una experiencia subjetiva completamente anormal. Y, en segundo lugar, el fallo de los mecanismos lógicos que forman el sistema de evaluación de creencias.

Síntomas

El síndrome de Cotard da lugar a una serie de síntomas que definen esta enfermedad.

En primer lugar, los pacientes creen que su cuerpo no existe, de forma que están viviendo algo totalmente irreal, fruto de su imaginación. En segundo lugar, es habitual sentir los síntomas propios de la muerte: el cuerpo se va quedando poco a poco sin sangre, los órganos se van pudriendo…

Y, en tercer lugar, debido a que realmente creen que han muerto, los afectados por esta enfermedad mental creen que no necesitan alimentarse.

Vivir con el síndrome de Cotard

La vida de los pacientes con el síndrome de Cotard es extremadamente complicada. Deben vivir creyendo que nada de lo que sucede a su alrededor tiene sentido, que se están pudriendo, y que en realidad no están vivos. Además, tal y como hemos señalado, en ocasiones sienten cómo los gusanos devoran su carne o incluso huelen cómo su propio cuerpo se pudre.

Las personas con este trastorno mental se convierten en auténticos zombies completamente ajenos a todo lo que sucede a su alrededor, e incluso llegan a desconectarse de ellos mismos.

Hay algunas personas con el síndrome de Cotard que son capaces de expresar qué es lo que están sintiendo a las personas de su alrededor, lo cual facilita en gran medida el tratamiento.

Por lo tanto, este síndrome provoca que quienes lo padecen se sientan como zombies, viviendo una existencia que no es tal. Es por ello que la gran mayoría de pacientes con el síndrome de Cotard no le tienen ningún temor a la muerte.

Tratamiento

Tratamiento del síndrome de Cotard

Actualmente no existe ningún tratamiento específico para el síndrome de Cotard. No obstante, hay diversas terapias universales que se aplican con éxito en la gran mayoría de los pacientes.

Los psiquiatras señalan que en primer lugar hay que tratar la enfermedad de base. Por lo tanto, si los pacientes presentan un determinado trastorno mental, como depresión o esquizofrenia, esto es lo primero que hay que atacar.

A continuación, se deben realizar una serie de terapias interpersonales y psicoterapias cognitivo conductuales.

Uno de los principales problemas que presentan los pacientes afectados por el síndrome de Cotard es que su nivel de aislamiento tanto de su entorno como de sí mismo es extremo. Por lo tanto, uno de los principales objetivos que persiguen los psiquiatras con el tratamiento es el de reconstruir esos puentes, de forma que los pacientes vuelvan a conectar consigo mismos y con las personas que les rodean.

En algunos casos los pacientes se recuperan y pueden vivir de manera completamente independiente; hay quienes han señalado que incluso se sienten vivas de nuevo. Claro que también hay otros casos en los que los pacientes se sienten mejor, pero jamás llegan a recuperar la normalidad.

Casos del síndrome de Cotard

Los pacientes afectados por este trastorno mental han perdido el aparato tanto racional como lógico de su cerebro. Por lo tanto, es habitual que se den episodios de depresión, despersonalización y alucinación.

Existe un caso documento de una joven de 18 años que llegó a creer que había perdido sus manos y la gran mayoría de sus órganos habían dejado de funcionar de repente. Además, creía firmemente que la causa de todo ello era un hechizo.

Otro de los casos conocidos del síndrome de Cotard fue el de una mujer filipina que había emigrado recientemente a Estados Unidos. Explicó que estaba muerta, que olía a carne podrida y que quería estar en un cementerio para estar rodeada de otras personas fallecidas. Esta señora admitió durante el tratamiento que frecuentemente se sentía desesperada, cansada, con poco apetito y somnolienta.


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