El síndrome de fatiga crónica se denomina medicamente encefalomielitis miálgica, se conoce poco de ella y va frecuentemente asociada a otras patologías.
Puede afectar de manera progresiva al sistema inmunitario, al neurológico,al cardiovascular y al endocrino, y se caracteriza por causar una fatiga severa, febrícula o fiebre, sueño no reparador, intolerancia a la luz, al sonido y a los cambios de temperatura, dolor muscular y en las articulaciones, sensibilidades químicas múltiples, sensibilidad electromagnética y a otros factores ambientales, sensación de estado gripal permanente, faringitis crónica, perdida sustancial de concentración y memoria, desorientación espacial, intolerancia al estrés emocional y a la actividad física.
Por estas descripciones, prácticamente el 90 % de la población afirmaría padecer este síndrome, resultando difícil su diagnóstico.
A lo largo de los años se han atribuido diferentes causas como origen de esta enfermedad. Se pensó que era una variante de la “mononucleosis vírica” o enfermedad del beso, también se le ha atribuido como causante el hongo Cándida Albicans, fruto del modo de vida occidental con sus alteraciones alimenticias, ricas en azúcares e hidratos de carbono de rápida asimilación. Otras teorías apuntan como causante de dicha enfermedad la utilización de pesticidas y tóxicos alimentarios. No debemos olvidar que “somos lo que comemos” y comer todos los productos que deseemos en el tiempo que queramos tiene un coste, muchas veces mayor del deseado.
Esta es nuestra realidad, tenemos que hacerle frente y no buscar “parches”. Tenemos que volver a nuestros orígenes, a practicar ayunos controlados y practicar técnicas depurativas para limpiar de toxinas nuestro cuerpo.
Según mi enfoque la mejor herramienta que poseemos es la realización de los principios de la Filosofía Ayurvédica, con la práctica de:
Técnica purgativa
Técnica depurativa
Práctica de ejercicio, yoga, respiración
Práctica alimentaria
Masajes: Abhyanga, Sirhodara, Sweda, Marma….
Si observamos estos principios, no son ajenos a nuestros mayores que en sus casas ponían en práctica la toma de purgas, infusiones, lavativas, prácticas de enemas, lavados vaginales, comida realizada artesanalmente, sin conservantes ni aditivos químicos, largos caminos por el campo…
Cuando hablo de la filosofía Ayurveda, no necesariamente me desplazo a India. Es cierto que el origen de los conocimientos están en Oriente, ya que es, junto con la civilización china, dos de las cinco grandes civilizaciones de la Humanidad. Pero el conocimiento es Universal y no conoce de fronteras y prevalecen en el tiempo.
Dolores Sierra Profesora Técnicas Manuales / Masajes Ayurvedas.