Revista Infancia

Síndrome de los vómitos cíclicos, terrible

Por Stornel
Síndrome de los vómitos cíclicos, terribleEs uno de los trastornos que más me ha impactado por la ateración que produce en el niño y en su familia. Visito a una joven afecta de esta extraña enfermedad. Una pequeña descripción de lo que ocurre lo pueden leer en la Historia de Pilar aunque yo no he sido el pediatra de su hijo varón.
El Síndrome del Vómito Cíclico (SVC) es un trastorno catalogado como enfermedad rara de la que se sabe aún muy poco. Descrita por primera vez por Samuel Gee en 1882 pasó desapercibida durante más de un siglo hasta que la creación, en 1993, de la Asociación del Síndrome de Vómitos Cíclicos (CVSA, en sus siglas en inglés, accesible en www.cvsaonline.org) de EE UU y Canadá, generó un impulso investigador hasta nuestros días aunque todavía no se ha encontrado la causa, el tratamiento y su prevención. Es uno de los trastornos más impresionantes que he vivido.
Los pacientes con SVC presentan episodios intensos y recurrentes de nauseas y vómitos, muy similares entre sí. El inicio es brusco y se producen con mayor frecuencia en horas de la noche y la madrugada. En la mayoría de los casos se desencadenan por situaciones de estrés (placentero o no placentero) e infecciones (catarro común, sinusitis), aunque el agotamiento físico y algunos alimentos como el queso y el chocolate pueden precipitar las crisis. El episodio termina de la misma manera en que inició, de una forma brusca, algunas veces tras quedar dormido el niño después del agotamiento físico sufrido por la intensidad del cuadro. Una vez iniciado el episodio, los vómitos repiten con mucha frecuencia -crisis de vómitos de hasta 80 veces al día, a intervalos de tres o cuatro minutos. Algunos niños las crisis duran hasta 15 días aunque lo habitual es entre 1 y 4 días. Aparecen con cierta regularidad (cíclica), varias veces al mes o al año, y entre las crisis se encuentran bien. Durante los episodios el niño adopta una actitud que ha sido llamada «coma consciente», pues se desconecta de su entorno, se pone pálido, se muestra asustado, prefiere un ambiente oscuro y tranquilo, se niega a hablar y siente molestia por los ruidos, determinados olores y prefiere beber líquidos fríos. La mejor revisión médica sobre este trastorno la pueden encontrar pulsando aquí (hay que registrarse y está en inglés).
Como pueden imaginar, además del trastorno familiar que provoca, puede desencadenar trastornos electrolíticos, deshidratación y otras alteraciones más graves.

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