Seguro que muchos de los cuidadores de enfermos de Alzheimer que estén leyendo este post, a medida que avanzan en su lectura, identifican perfectamente lo que vamos a detallar. Se trata del Síndrome de Sundowning o también llamado Síndrome del ocaso.
Este fenómeno, llamado así porque ocurre cuando se acerca el atardecer y llega la noche, debuta en el enfermo con un nerviosismo exacerbado con síntomas de ansiedad coincidiendo con el ocaso del día. Muchos enfermos de Alzheimer lo padecen y en ocasiones los cuidadores manifiestan que se tornan agresivos y nerviosos con unos niveles de ansiedad muy por encima de lo que muestran en otros momentos del día. Decir, a modo de curiosidad, que también existe en bebés, y es denominado cuando ocurre en personas de corta edad el “Síndrome del atardecer”
¿Cómo identificar los síntomas causados por este síndrome?
En general, y seguro que al leer el listado de síntomas más de un cuidador sabrá de qué estamos hablando, se perciben las siguientes señales en el enfermo :
Agitación, movimientos compulsivos (agarrar objetos, frotar superficies…etc.), repetición de palabras, frases, susurros, movimientos de frotar la manos entre sí o contra partes del cuerpo, gritos, lloros, desorientación más acusada que durante el día, emociones más acentuadas, tristeza, ira, frustración, posibles intentos de agresión, sensación de tener que cumplir una tarea con referencias a la vida anterior (tener que ir a trabajar, marcharse a casa, cuidar de los hijos…etc.) deambulación creciente, nerviosismo, ansiedad, sensación de peligro inminente, insomnio, temores, alucinaciones más acusadas…etc.
¿Lo habéis identificado? Si sois cuidadores, seguro que no os resulta desconocido que algunos enfermos de Alzheimer al llegar el atardecer, se comporten de esta forma, o tengan algún síntoma de los descritos anteriormente. Si es así, bienvenidos al Síndrome del Ocaso o Sundowning.
¿Qué desencadena este síndrome tan habitual en enfermos de Alzheimer?
En primer lugar uno de los factores más importantes que precipitan esta serie de síntomas es la alteración de los ritmos biológicos (o ritmos circadianos) del enfermo. Es decir, los ciclos de sueño, que en una persona sin alteraciones cognitivas, se repiten de forma cíclica y natural regidos por nuestro reloj biológico interior, en un enfermo de Alzheimer no poseen esta regularidad, por lo que éstos carecen de ese “aviso” natural que nos da nuestro cuerpo y que nos dice cuándo debemos dormir y cuándo despertar. Uno de los factores culpables de la regulación de los ritmos de sueño en los humanos es la melatonina. Esta hormona es segregada por la glándula pineal, y se encuentra claramente disminuida en enfermos de Alzheimer, de ahí que ésta sea una de las causas principales del síndrome del ocaso.
Según los estudios realizados acerca de este síndrome, es más frecuente de lo que creemos en medicina geriátrica y sobre todo en enfermos de Alzheimer y otras demencias.
¿Conocíais este síndrome? ¿Habéis presenciado como cuidadores los síntomas descritos justo al comenzar el atardecer o finalizar el día?
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