Difícilmente a cualquiera de nosotros se le puede escapar que un esclavo es aquel a quien se le anula su libertad. Ahora bien, del mismo modo que una persona que ha sido secuestrada puede encontrar un vínculo o empatizar con su secuestrador (el conocido síndrome de Estocolmo), en el mundo en que vivimos un esclavo puede sentirse cómodo
con la anulación de su libertad e incluso no ser consciente de la misma. Estamos hablando, por tanto, de personas que padecen el llamado "sindrome del esclavo satisfecho" sobre el que se basa nuestro post de hoy, si bien hay que aclarar que esta denominación no se recoge en ningún manual de diagnóstico psiquiatrico.Para empezar, un aspecto fundamental y diferenciador de este tipo de esclavitud, es que las cadenas no son grilletes que se llevan en pies o manos cuando no se está trabajando, son cadenas mentales, y no sólo eso, en ocasiones no somos conscientes de ellas por lo que tampoco somos conocedores de la situación que padecemos. Esas cadenas pueden venir impuestas por las normas de la sociedad en que vivimos e incluso por nosotros mismos, en nuestra particular búsqueda o necesidad de ser lo más perfectos posible, y tienen el denominador común de que impiden que nuestra verdadera personalidad aflore y se manifieste tal como es. Es relativamente frecuente que se compare este síndrome con los efectos de la anestesia, a veces nos comportamos como seres que vivimos y actuamos de forma similar y no hacemos lo que queremos sino lo que creemos que creemos, vivimos, en cierto modo, anestesiados.
Según el lugar donde nacemos o vivimos tenemos una visión distinta sobre las relaciones sociales, el papel de la mujer, la monogamia, la infidelidad.....vienen determinados por la normativa social de aquel entorno que conocemos, y en tanto no conocemos otro distinto que pueda hacernos replantearnos esas opiniones, nos parecen total y absolutamente normales, somos esclavos de unos valores sociales determinados y nos sentimos satisfechos porque no conocemos otros distintos. Si alguien te formulara la pregunta " ¿cuál es el objetivo principal de tu existencia?" es muy probable que tu respuesta fuese " buscar y alcanzar la felicidad". Ahora bien, ¿qué es para ti la felicidad?, tal vez formar una familia, tener un trabajo laboral estable, un determinado roll social, una situación económica desahogada, pero.....¿realmente eso es lo que quieres o necesitas o es lo que la sociedad en la que vives te dicta?.¿hasta qué punto el concepto de felicidad está marcado por la sociedad?.
Decía Kurt Cobain, el malogrado y conocido cantante de Nirvana
"se ríen de mi porque soy diferente, pero yo me río de ellos porque son todos iguales"
El pensamiento social suele ser uniforme y aquellos que rompen con esa uniformidad, con esos estereotipos, son vistos como diferentes o incluso como locos o extraños, cuando lo que realmente han hecho es pensar de forma diferente y romper esas cadenas mentales de las que hablábamos con anterioridad.. Son muchos y variados los ejemplos que podemos citar, ¿recuerdas esos pantalones de campana que no te gustaban nada y que ahora te pones?¿has cambiado de forma de pensar sobre ellos o es la moda imperante en cada momento o la publicidad las que han provocado ese cambio?. Sigamos, ¿qué piensas sobre el comportamiento machista de algunas culturas o religiones? ¿cómo ves el uso del burka por las mujeres musulmanas? ¿te has parado a pensar qué pensarías al respecto si hubieras nacido en Afghanistan y no tuvieras referencias de otras culturas y religiones?. Seguramente te parecería totalmente normal.Por tanto, ¿soy un/a esclavo/a insatisfecho? ¿qué debo hacer para liberarme de esa esclavitud?. La respuesta es muy sencilla, y la conoces, al igual que eres consciente de que en muchas ocasiones es enormemente difícil ponerla en práctica. Sólo has de ser tú mismo, liberarte de esas cadenas sociales y buscar la felicidad tal y como tú la concibes, aún a pesar de que en el camino la frustración o el pesimismo se presenten ante ti, de que los demás te vean como rar@ o distint@, no puedes cambiar su forma de pensar pero sí puedes cambiar tú y ser consecuente con lo que piensas y deseas y ponerlo en práctica. Es justo en ese instante cuando, aunque seas visto como un extraño por los demás, habrás pasado a ser verdaderamente libre, habrás dejado de ser un esclavo satisfecho.En conclusión, hoy en día la esclavitud sigue presente y lo está en las culturas y sociedades más modernas y desarrolladas, simplemente ha cambiado su concepto, no coarta nuestra libertad de forma física sino que lo hace mentalmente. Y ten siempre presente que sin un pensamiento o actitud crítica, no existe una verdadera libertad.