Son muchas las enfermedades que un peluquero puede sufrir a causa de su profesión, y si bien la mayoría de ellas suelen ir relacionadas con un contacto continuado con sustancias químicas, una buena parte de ellas surge también a causa del esfuerzo físico. Es el caso del Síndrome del Túnel Carpiano, una enfermedad que ha sido relacionada con trabajos informáticos, pero que en realidad afecta a muchas profesiones y se ha extendido mucho entre los peluqueros. Esta enfermedad provoca dolor crónico y limitación de movimiento de la mano, lo que puede suponer un gran problema para un estilista e incluso llevar al abandono de la profesión.
El túnel carpiano es un túnel estrecho y rígido formado por huesos y ligamentos, y se encuentra entre el antebrazo y la mano. Por su interior pasa el nervio mediano, que controla las sensaciones y los impulsos de movimiento de algunos músculos de la palma de la mano, el pulgar y los dedos, excepto el meñique. También es el conducto por el que pasan varios tendones que controlan el movimiento de la mano: cuatro tendones del músculo superficial de los dedos de la mano, cuatro tendones del músculo profundo de los dedos de la mano y el tendón del músculo largo del pulgar.Cuando algo entorpece el movimiento dentro de este túnel, normalmente a la altura de la muñeca, como la presencia de líquido o una inflamación del tendón, el nervio queda atrapado y aplastado, lo que provoca dolor y debilidad desde la mano hasta todo el brazo. Por norma general la inflamación y el aplastamiento suelen ser causados por un sobre esfuerzo y mala postura habitual de la muñeca.
En el caso de los peluqueros y estilistas, el Síndrome acostumbra a aparecer por una postura forzada de la muñeca durante el trabajo diario, así como por el movimiento repetitivo de la mano y la presión que ejercen algunos instrumentos como las tijeras sobre la palma.
Los inicios de un Síndrome de Túnel Carpiano se manifiestan con calambres y entumecimiento progresivo de las manos, especialmente del pulgar y de los dedos índice y medio. También aparece dolor y falta de tacto, como si las manos fueran de corcho. Otro síntoma muy común es la sensación de tener la mano y los dedos hinchados, aunque no haya una hinchazón visible.