Revista Coaching

Síndrome pata de pollo en una reunión

Por Eva Eva Cantavella

Síndrome pata de pollo en una reunión
¿Qué situación he bautizado como el síndrome "pata-pollo" ?
Os cuento...
Del pollo sólo me gusta la pechuga. Detesto la carne melosa y resbaladiza del muslo. Pero como soy muy bien educada (la broma de “he ido a un colegio de pago” se ve que ya no es políticamente correcta…) he pasado años yendo a cenar a casa de gente y ante la terrible pregunta de “¿prefieres muslo o pechuga”, mi respuesta era siempre : “me da igual…” y a menudo acababa con aquel pedazo que me repugnaba… Se podía dar el caso de que los anfitriones fueran igual de “educados” o idiotas… que yo, de manera que son ya incontables las veces en que todo el mundo ha comido a disgusto la parte que mas odiaba.
Hay dos aspectos básicos a destacar en esta situación tan común :

  • La falta de asertividad : ¿Por qué no decir (aunque sea con un guiño...), "hombre, si puedo elegir… "

  • El dar por hecho de que aquello que nos gusta, es lo que indiscutiblemente también aprecia el resto. Sin embargo, es sorprendente comprobar (en ocasiones, tarde) la variedad de gustos y preferencias…

 

En reuniones, a veces tenemos que distribuir tareas, ubicaciones, etc… y esos dos factores se dan de pleno: 

  • A algunos les encanta viajar o “salir a hacer recados”, otros lo detestan.

  • Algunos adoran el teléfono, mientras que para otros es una pesadilla.

  • Unos huyen de la rutina y otros se sienten inseguros cuando los sacan de ella.

  • A algunos les encanta participar en la toma de decisiones y otros lo evitan.

  • Unos prefieren venir una hora antes y otros salir una hora después...

 

Seamos asertivos y no “demos por hecho” que hay opciones gratas/ingratas


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