Revista Sociedad

Síndromes cachondos

Publicado el 24 julio 2014 por Bloggermam

incredulidadUn síndrome es un conjunto de síntomas que conforman un cuadro.

Un cachondo es alguien con ganas de diversión e incluso, coloquialmente, alguien con ganas de sexo.

De modo que si juntamos ambas definiciones, los síndromes cachondos serían esos que te llevan a pintar un cuadro con la polla mientras te ríes de los síntomas.

Lo cierto es que hay síndromes que describen enfermedades como el Síndrome de Diógenes, que consiste en hacer lo mismo que el camión de la basura pero sin que te paguen y guardándolo todo en tu casa, el Síndrome de Estocolmo que consiste en tirarse a una sueca (pero sólo si antes te ha atado), el Síndrome de Asperger que es un trastorno de conducta  que te lleva a escupir como un aspersor cuendo tienes reuniones sociales.

Es una desgracia padecer cualquier síndrome aunque, por ducados fortuna, no se pueden tener todos. De hecho hay dos síndromes completamente antagónicos: el de Stendhal, que lo padece la gente cuando entra en un bello lugar, como por ejemplo un museo; y el de Tourette, que lo suelen sufrir muchos de los que entran a ver un partido de fútbol.

No obstante creo que se podrían alargar más la lista de síndromes con algunos de nuevo cuño y más cachondos que los de verdad, por ejemplo:

  • Síndrome Preysler: Cuando la madre parece más joven que los hijos
  • Síndrome Karmele. Cuando una kakatua parece humana
  • Síndrome Duquesa de Alba. Cuando una persona parece más joven que el acueducto de Segovia, sin serlo.
  • Síndrome Iker Jiménez. Cuando un pedo se convierte en una conspiración esotérica.
  • Síndrome Fraga. No recuerdo en que consistía pero comenzó a suceder…hace 65 millones de años.
  • Síndrome Aznar, cuanto más alejado de la realidad estás más abdominales le salen.
  • Síndrome Guardiola, cuando ganas todo, incluso si no juegas. En aspectos financieros también se conoce como efecto presidente de caja arruinada, ganas tanto que no hay dinero para pagarte.
  • Síndrome Laura Pausini. Te duele al cabeza por una rotura de tímpanos, pero tienes una extraña sonrisa bobalicona en la cara, sin saber por qué.
  • Síndrome Rajoy, pides que te recorten las patillas, te rapan al cero y te meten la motorsierra por el culo.
  • Síndrome de la Infanta, cuando no sabes o no te acuerdas.
  • Síndrome de Alí Babá. Lo sufren todos los políticos en cuanto se dan cuenta de que son inmunes y pueden robar a manos llenas.

Y para finalizar otro par de síndromes terroríficos y no lo digo porque son auténticos:

El Síndrome de Cotard (creerse un muerto viviente), más o menos como yo por la mañana antes de mi ducha y mi café cargado. Y el Sindrome de Renfield, que es crerse un chupasangres, pero de verdad, no como hacienda.

Seguro que tenéis alguno más para añadir.

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