Revista Cultura y Ocio

Sinergie Boy

Publicado el 16 noviembre 2012 por _jorge_

Explicación de Dios

Antes de que hubiera nada, pues tampoco había nada, y un rato después pues hubo algo así como un ¡pum!, que no llegó a ser explosión pero casi, y entonces ya si, ya estaba Dios ahí, que él mismo dijo: coño, yo he estado siempre aquí, pero no era verdad esto, aunque él pille unos rebotes de la ostia cada vez que alguien le da por sospechar esto, que no estuvo siempre ahí.

Bueno, el caso es que actualmente Dios se llama Sinergie Boy, esto es desde la edad media, más o menos, que decidió cambiarse el nombre. Fue imaginar a Ivanhoe y se le vino ese nombre a la cabeza, porque cuando supo que alguien más adelante iba a crear a Crispín -el que va con el Capitán Trueno y Goliath-, no le moló nada, pues parecía un poco afeminado, con el pelo largo y rubio y lampiño, vamos, un caramelo de niño.

Antes de cambiarse el nombre, Dios era solo Dios y no era como los imbéciles de las religiones creen que es, siempre inventándose cosas acerca de Dios… ¡pues no, coño!, es muy diferente a todo lo imaginado. Por ejemplo, los tontos estos que explican como es Dios y como no es y como actúa, todos se equivocan de medio a medio, porque Di… perdón; Sinergie Boy es realmente más mamón que el burro de la Pañoleta, que se la mamaba él solo. Digo esto porque la gente dice “Dios permite que mueran tantos niños de hambre porque no interviene en las cosas humanas”, esto lo dicen con idea de justificar sus acciones, pero realmente lo que no saben es que…¡Sinergie Boy es así! Realmente los deja morir de hambre y otras cosas peores porque es caprichoso y un pelín malicioso, un mamoncete en toda regla, un regalito, vamos. A veces se incorpora y se dice a sí mismo; “coño, que los niños del África se están muriendo de hambre, podría salvarlos…” pero luego se queda un rato ahí mirando sin mirar, bosteza, se rasca la perilla, se da la vuelta y se echa de nuevo en la cama.

Porque si, mucha justificación de corte teológico y mucha mierda para el que lo defienda, pero la verdad es que, si nosotros estamos hechos a imagen y semejanza de Sinergie Boy, es que Él debe parecerse a nosotros aunque sea un poquito, y entonces siendo un poco humano, ¿Qué tipo de cabrón psicótico e insensible deja morir a miles de niños de hambre porque le de la gana? Porque no nos engañemos; Sinergie Boy va y crea comida para todos esos niños que actualmente mueren de hambruna, y si hay superpoblación chasquea los dedos y hala, de pronto Marte cambia de estado y se vuelve habitable para los humanos y no solo eso; va y lo acerca a la Tierra de manera que pillando un cercanías con trasbordo se pueda ir allá. Ea, eso sería ser compasivo y bondadoso, pero Sinergie Boy no lo es porque no le sale de la punta de la polla.

Cuando vio a Jamiroquai con el gorro ese de pelo y los dos cuernos, Dios… perdón; Sinergie Boy iba a cambiarse otra vez el nombre, pero luego lo pensó mejor y se quedó con el que vino a la mente en la edad media.

Sinergie Boy se ríe mucho cuando se acuerda de todas las películas que se montan los humanos para interpretar sus decisiones. En privado dice “mis humanos son más chulos que un ocho, los cabrones: se montan una películas alucinantes para imaginar qué hago o que no hago o como quiero que ellos vayan por la vida, manipulan a los más tontos en mi nombre… un flipe…”

La verdad es que hay una regla física que aún no ha inventado o que no ha sido descubierta  por algún científico, o sí, la verdad es que no lo sabemos porque no hemos estudiado, pero que funciona en las muy altas esferas existenciales, y es que, mientras más eterno seas, más rápido transcurre el tiempo, de manera que para Sinergie Boy, un siglo y pico es como un finde de esos que el viernes es fiesta de algo y la peña sale escopeteá para la sierra o alguna playa de Alicante o algún pantano, según.

Sinergie Boy también quiso llamarse Barry Lyndon cuando vio la película de Stanley Kubrick, que Él directamente se la inspiró al director, aunque este puso cosas de su parte, porque Sinergie Boy quería que la peli la protagonizase Luis Ciges, pero el Kubrick se pasó por el forro de los cojones ese pensamiento y eligió a Ryan O’neal, que tenía mejor planta y era más chulazo. En la elección de Marisa Berenson, Kubrick le tocó un poco los cojones a Sinergie Boy, pues este último no se quitaba de la cabeza que la actriz ideal para ese papel era Encarnita Polo y que debía cantar a mitad de la peli la canción aquella de “Paco, Paco, Paco, Paco, Pacooooo”, pero dejó que Kubrick se saliera con la suya por aquello del libre albedrio, pero vamos, joder le jodió, aunque no intervino porque: “si paso de salvar a tanto niño de morir de hambre, ¿porqué coño debería intervenir en la voluntad del Kubrick?”, y no lo hizo.

Ahora, con lo que Sinergie Boy olvida sus malestares y se se dobla de risa es con los apaños de los humanos en torno a la religión. Es que llega a llorar de risa, vamos. Sobre todo se sorprende de la poca vergüenza de los humanos por incluirlo en contiendas en su nombre, como si Él se pusiera de parte de unos o de otros, cuando la verdad es que le importa tres pollas toda clase de vida o si nos damos de ostias o si nos toca los cupones o si nos amamos unos a los otros, le resbala todo, total, Él va a seguir viviendo eternamente; si nos vamos a tomar por culo con un holocausto o una hecatombe global o que venga el Actimel caducao, pues limpia de muertos el planeta un poco y hala, suelta a otros humanos o a otros seres vivos que invente y que les guste jincarla -o sea, procrear- que en breve habrá ya de nuevo gente como para volver a darse de ostias en su nombre. Y Él ahí, a verlo todo entretenido. ¡Ah! Le gustan mucho las avellanas con miel. Y un queso que se llama “Patamulo”.

[Por El Niño Sipote]


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