Revista Arquitectura

“Sinestesia” en Madrid: un viaje multisensorial

Por Johnny Zuri @johnnyzuri
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“Sinestesia” en Madrid: un viaje multisensorial que convierte la alta cocina en arte

El nuevo restaurante Sinestesia, diseñado por la célebre Patricia Bustos, no es un simple lugar para cenar. Es un espacio donde los colores bailan al ritmo de la música, y los sabores cobran vida en medio de proyecciones audiovisuales que transportan a los comensales a dimensiones inesperadas. Aquí, en pleno corazón de Madrid, la alta cocina se convierte en un escenario teatral, un laboratorio de emociones, donde cada plato se saborea con los ojos y se escucha con la lengua. Sí, aquí el arte de comer ha dejado de ser lo que era.

La magia de la sinestesia —ese fenómeno en el que un sentido involucra a otro automáticamente— se manifiesta en cada rincón del restaurante. Pero no se trata de un concepto abstracto: Bustos ha logrado materializar la sinestesia en su máxima expresión. El resultado: un entorno donde la estética retro-futurista y el toque psicodélico juegan con los límites de la percepción humana. Cada bocado se vuelve un acontecimiento, cada sorbo, una sinfonía cromática.

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Origen de las fotos: ¿A qué saben los colores? El nuevo restaurante inmersivo diseñado por Patricia Bustos en Madrid alimenta los 5 sentidos

“Sabores que suenan, colores que se saborean”

¿Quién dijo que los sabores solo se pueden experimentar con la lengua? En Sinestesia, las papilas gustativas están lejos de ser las protagonistas. El uso de colores intensos y formas imposibles estimula el ojo antes de que el tenedor siquiera toque el plato. Piense en un salmorejo de remolacha: ese púrpura profundo que evoca las sombras de un atardecer y se desliza por el paladar acompañado de una melodía suave, como si cada trago tintineara en algún rincón de la mente.

Según estudios recientes, el color y la música influyen profundamente en cómo percibimos el sabor y el aroma de los alimentos. Y Sinestesia lleva esta idea al límite. Cada plato es diseñado para evocar emociones específicas: la calma del azul en una crema de mariscos que flota en medio de un “océano” proyectado en la mesa, o el vibrante rojo de una mousse picante, que parece hacer vibrar hasta la propia vajilla. Aquí, los sabores se ven, se oyen y se sienten con una intensidad casi surrealista.

“El futuro de la alta cocina: tecnología, diseño y psicodelia”

La apuesta tecnológica en Sinestesia no es mero decorado. La alta cocina ha encontrado un nuevo aliado en las proyecciones digitales, creando una sinergia que transforma la gastronomía en una experiencia holística. Cada plato es una pieza de un rompecabezas multisensorial, una escena cuidadosamente planeada en la que las luces, los sonidos y hasta las texturas táctiles se entrelazan.

El comensal podría, por ejemplo, saborear una degustación en un “bosque encantado”, donde los troncos de los árboles se alzan alrededor de su mesa, o quizás ser sumergido en las profundidades de un arrecife mientras degustan un plato de mariscos. Las proyecciones, manejadas con precisión casi quirúrgica, convierten la comida en un espectáculo: el arte culinario se vuelve teatro, coreografía y cine.

Bustos, reconocida por su estilo audaz y sus propuestas que rozan lo onírico, ha concebido un espacio donde lo retro y lo futurista se dan la mano. Los volúmenes iridiscentes, que parecen saltar de las paredes, y la estética psicodélica, que juega con la ilusión de movimiento, crean un entorno casi tridimensional, una suerte de cápsula del tiempo donde lo antiguo se fusiona con lo venidero.

“Diseño retro-futurista: un viaje psicodélico a través de los sentidos”

El sello de Patricia Bustos no podía faltar. En este restaurante, ella ha logrado que el espacio mismo se convierta en un ingrediente más del menú. Con su estilo característico, mezcla elementos del pasado con materiales que evocan visiones futuristas. El uso de espejos deformados, luces neón y tonalidades metálicas crea un ambiente que desafía las nociones convencionales de la gastronomía. Los comensales no solo se sientan a comer: participan de una experiencia que redefine el concepto de “alta cocina”.

¿Y el toque psicodélico? Bustos juega con patrones caleidoscópicos, texturas iridiscentes y una paleta de colores que parece sacada de un sueño lisérgico. Esta amalgama de retro y futurismo crea un entorno donde el tiempo parece detenerse y las percepciones se disuelven. Aquí, las paredes parecen moverse al compás de la música, y el techo, con sus luces parpadeantes, evoca los techos de las antiguas discotecas, pero elevados a un nivel de sofisticación nunca antes visto.

“¿Es el futuro de la gastronomía o solo una moda pasajera?”

La pregunta que muchos se hacen: ¿Es Sinestesia un vistazo al futuro de la alta cocina o solo una moda pasajera? ¿Se quedarán estos restaurantes inmersivos, donde el diseño y la tecnología dominan la escena, o son simplemente una extravagancia temporal? Mientras algunos críticos sugieren que se trata de un exceso de teatralidad, otros defienden esta nueva corriente como el próximo paso lógico en la evolución de la gastronomía.

Bustos, sin embargo, parece tener claro su objetivo: “No queremos que la gente solo venga a cenar; queremos que cada visita sea un recuerdo, una vivencia que perdure”, ha declarado en varias entrevistas. Y es que, si algo queda claro al visitar Sinestesia, es que no se trata solo de un lugar para comer, sino de un sitio donde la comida, la tecnología y el arte se encuentran para celebrar los sentidos.

“Cuando la alta cocina se vuelve sensorial: ¿es arte o es ciencia?”

A medida que avanza la noche en Sinestesia, cada plato se vuelve una incógnita. ¿Es arte? ¿Es ciencia? ¿O es una combinación de ambas? La tecnología no es solo una herramienta aquí: se convierte en un pincel con el que Bustos y los chefs pintan un lienzo en movimiento. La sinestesia, ese fenómeno que da nombre al restaurante, se convierte en una realidad tangible. Los límites entre el sabor, la vista y el oído se difuminan, y al final, la pregunta que queda flotando en el aire es inevitable:

“¿Dónde acaba la percepción y comienza la emoción?”

Sin duda, Sinestesia no es un lugar que se olvide fácilmente. En un mundo donde la experiencia lo es todo, este restaurante invita a los valientes a explorar nuevas dimensiones de sabor, color y sonido. Un espacio donde los sentidos se entrelazan y los límites entre arte y ciencia se vuelven borrosos. ¿Se atreverán a probarlo?


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