Martín Caparrós.
En Sinfín, de Martín Caparrós, pasan cosas que se anuncian ahora como proyecciones, tendencias o especulaciones sociales y geopolíticas. En el 2070, año en el que se escribe la crónica que da cuenta de los sucesos que llevan a los humanos a adoptar 夫, (tsian, traducida como paraíso) como práctica, decisión o servicio para lograr la eternidad, China es la potencia dominante y Europa ha sucumbido ante el renacimiento de los nacionalismos y una especie de guerra reencauchada de los tiempos de las cruzadas; el mundo se divide entre países lógicos (desarrollados, primermundistas, etc.) y regiones como África o Latinia, que siguen cargando con sus lastres históricos; el paraíso, además, se vive como experiencia aislada. Sin embargo, lo anterior no puede llevar a abordar Sinfín solamente desde la visión de lo político, sino en la relación de 夫 con la religión, las corporaciones y, sobre todo, con los relatos que todos los anteriores construyen para abanicar a los seres humanos (creyentes, usuarios o clientes) hacia su círculo de uso e influencia.
La derrota del cuerpo
La eternidad solo es posible sin el cuerpo. En esto, 夫 se parece a ciertas religiones hegemónicas, aunque no es, como tal, una religión. A lo largo del libro 夫 es muchas cosas: un simulacro, una tecnología de segunda, un slogan (marketing del puro y duro), un servicio, un privilegio, algo que se le exige al estado, un obsequio del estado, una excusa de guerra, la recompensa del obrero después de toda una vida de trabajo (una suerte de jubilación digna), la estrategia china para el dominio mundial, etc. En , la búsqueda de la eternidad (que no sabemos al final del libro si es realmente la eternidad) también es un proceso de prueba y error que se da en una realidad, la de mediados del siglo XXI, en la que las corporaciones comienzan desarrollando prótesis externas e internas para alargar la expectativa de vida de las personas. Y como podría suponerse que es lógico, las investigaciones llevan a mayores ambiciones y a la propuesta de trasplantar cerebros humanos (con sus recuerdos, emociones, en definitiva, con su personalidad) a cuerpos inorgánicos, palabras más, palabras menos, a robots, es la que más se busca y trata de desarrollarse.
夫 se dará como idea reciclada y como aceptación de que el cuerpo es la traba, lo finito, y de que la muerte solo puede ser superada en un escenario que no es el de la tierra que pisamos o, por lo menos, la que percibimos que pisamos. Otros, dirán, en cambio, que 夫 es el alma inventada; un cerebro que se traspasa a una cajita llamada truVi cuando el cuerpo y la vida motriz se dejan atrás, y en la que se vive aislado y retenido en un tiempo que se estructuró (antes de la muerte del cuerpo) como relato o guion de vida que un asesor 夫, conocido como 夫Man, ayudó a definir a la manera en que un asesor de agencia de viajes te hace recomendaciones sobre si tu personalidad va más con un paseo al Amazonas, un viaje a Disneylandia o un sórdido bar de prostitutas en el Caribe. La mayor crítica que podría elevarse ante esto es una de tendencia nietzscheana, que acusa al ser humano de ser propenso a construir nihilismos o promesas de realidades futuras y metafísicas, como consecuencia de la negación del cuerpo. Lo que tratará de develar la narradora de , será, por otro lado, cómo el procedimiento científico para llegar a 夫 se cristalizó por medio de una masacre cometida en la Patagonia, que se convirtió en el sustento de aquel prueba y error que siempre se relaciona con los grandes hallazgos o inventos científicos. Solo cuando murieron muchos se llegó a la conclusión de que no se podía traspasar un cerebro a otro cuerpo y en ese fracaso es que hay que rastrear el germen de 夫. Por supuesto que los muertos son tercermundistas que se ofrecen por la plata.
La eternidad como relato
夫 no es como tal un invento o si lo es, es uno que se acomoda a un relato previo, es decir, a una necesidad creada; de esas que son tan comunes (en) y sobre las que se ha desarrollado el capitalismo contemporáneo. Si esta vida se convierte en prueba para pensar en la futura que ofrece 夫, entonces llega el momento para imaginar el relato y elegir entre una serie de opciones que el 夫Man ayuda a escribir. Podría decirse que 夫 es un relato en tres sentidos: el primero, el que esconde su origen como tecnología reciclada que utilizó personas como ratas de prueba y lo cambia por una historia de genialidad científica y amor humano conocida como La MásBellaHistoria; el segundo, en cómo su fundadora y principal impulsora, una mujer de nombre Samar, la convierte en una necesidad, en la única posibilidad de evasión de la muerte y, el tercero, en cómo sus usuarios construyen el relato de la simulación que tendrán en su truVi una vez su cerebro sea trasplantado:
Llegaron a una fórmula mixta que parecía lo mejor de cada mundo: se mantendrían los pedazos escogidos, placeres evidentes, pero se los inscribiría en una línea de tiempo sucesivo donde el Cliente se iría desarrollando en situaciones varias -"viviendo", decía, aunque para simplificar las cosas decidieron que siempre tendría más o menos la misma edad, algo convencional alrededor de los cincuenta. Y, para ganarse la voluntad de los Clientes y convencerlos de que decidían, se inventaron que cada cual podría decidir qué grado de azar habría en su 夫: que, en su primera reunión, una de las preguntas perentorias que les haría el 夫Man sería la proporción de imprevistos o desdichas que querían incluir en su re/vida.
La narración nos lleva por varias de las aristas que presenta la implementación de 夫, primero como lujo que solo pueden pagar los más millonarios y, después, como el último regalo que el estado da a las mujeres, a los hombres y a los fluidez. 夫 propone discusiones entre aquellos que acusan a la vida simulada con un guión escrito entre Cliente y 夫Man del cerebro transferido a un truVi como un escape y otros que creen que esta vida es un error, es decir, un aprendizaje para la re/vida 夫. Hay quienes desean un relato no muy distinto al de su primera vida; una casa, una familia y un perro y quienes desean ser otra cosa totalmente distinta. Son estos últimos los que llevan a que los 夫Man incursionen en la ficción como servicio ofrecido a quien ya tiene el dinero o la edad para someterse al procedimiento.
Finalmente, otra forma de comprender esto de la vida como relato en 夫, es por medio de una comparación con lo que ocurre en Los tres estigmas de Palmer Eldritch, de Philip K. Dick; ficción en la que aquellos condenados a vivir en las colonias que están fuera de la Tierra consumen un alucinógeno llamado Can-Di, que les permite trasladarse al mundo de un personaje que es una suerte de mundo de muñecas Barbie, llamada Perky Pat. Allí la vida es ideal, feliz y aquello que puede hacerse o experimentarse dependerá mucho de aquellos objetos (¿juguetes?) que el consumidor adquiera para su experiencia; un automóvil, una casa, un set Perky Pat en la playa, por ejemplo. Sin embargo, la experiencia Perky Pat es colectiva. Con 夫 el relato es un cúmulo de las experiencias, paisajes e imágenes que el Cliente va registrando durante su vida y que completa o desecha una vez llega el momento de la transferencia. Tampoco es una experiencia colectiva, en 夫 la vida es el gusto individual y la acumulación de experiencias personales lo que se lleva al extremo.
Alguien podría decir incluso que los truVis son una versión futurista de los teléfonos celulares y que el relato desenvuelto en la vida 夫 es la exacerbación de esos yoes idealizados que perseguimos y construimos en las redes sociales. El mismo Caparrós habla de como una narración que lleva una serie de tendencias actuales a escenarios futuros y más extremos.
Ficción y crónica
Caparrós es conocido como cronista, o eso es lo que suele decirse, no tanto como que fue primero un escritor de ficciones. Sinfín no es una novela, tampoco tiene porqué serlo o mucho menos una narración que trata de mostrar cómo se desenvuelve entre lo humano lo que vendría a ser su novum ( 夫 experimentada desde un truVi). Sabemos que hay una narradora que trata, a su manera, de escribir la crónica de 夫; de su origen y su ascenso, de cómo se usó con fines políticos y de cómo una serie de personajes que fueron apareciendo en un transcurso de unas tres décadas le fueron dando su forma última o por lo menos la que tiene cuando la crónica se cierra, hacia el año 2072. Para esto, el escritor utiliza la forma, las herramientas y los recursos de la crónica periodística, valiéndose también de algo que suele expresar en entrevistas y en un libro, por ejemplo, como Lacrónica ; eso de que el periodismo no es objetivo y de que tampoco debe confundirse el relato de la primera persona, con el relato sobre la primera persona. Sinfín es un conjunto de voces que nuestra cronista ficticia siempre escucha y transcribe con sospechas, con plena conciencia de que hay datos e información que no se dan o se entregan a medias, por ejemplo.
Sabemos, por otro lado, una serie de cosas que van desde los sucesos ocurridos una noche en la Patagonia, cuando el procedimiento 夫 encontró, más o menos, su forma; pasando por el momento en que una mujer tomó la idea y la convirtió en una necesidad; hasta cuando las guerras religiosas y el desmoronamiento de varios estados europeos le plantearon la guerra; también cuando el estado chino se hizo con su monopolio y de cuando opositores la pidieron como un derecho universal. Incluso, sabemos de la primera persona que se sometió a 夫, un millonario holandés vanidoso y con terror al olvido, y que tuvo miedo de que el truVi se desconectara y accedió a una serie de pagos que lo mantuvieran "vivo", después de transferirse. es una narración polifónica que se vale de entrevistas, redacción de supuestos hologramas, viajes, biografías, alocuciones presidenciales y bulas papales, conclusiones de filósofos y empresarios, en fin, es un relato sin protagonistas; la narración de cómo el producto de una empresa se adueñó del mundo o de cómo la muerte es algo superado en apariencia o algo cuyo significado no debe remitir solamente al cuerpo físico.
Eso depende del lector, que al final puede preguntarse muchas cosas, incluso, de si todo aquello que nos dijo la cronista no era otra cosa que su propia re/vida en 夫.