En los días siguientes se repetirá esta convocatoria, aunque ya desde el Ayuntamiento, que reclama la incorporación a filas de todos los varones con edades comprendidas entre los 16 y los 40 años y que advierte de que quien incumpla esta orden "será castigado con el mayor rigor y más severo y ejemplar".
Unas jornadas después se pide a la población que entregue a la Junta todas las armas que posea en sus hogares para destinarlas a la guerra, en la que las tropas españolas padecían una notable carencia de medios frente al bien equipado e instruido ejército francés, curtido en toda clase de combates en los campos de batalla europeos. Ese mismo día se dicta la orden de que todos los mozos disponibles en la ciudad se integren en el Regimiento de Navarra, con la amenaza de una multa de cien ducados para quienes la contravengan.
La Milicia Urbana, un cuerpo de voluntarios destinado hasta entonces al mantenimiento del orden público en momentos de dificultades políticas y del que formaba parte el propio Sinforiano López, pasa a jugar un papel determinante en la defensa nacional, ya que se trata de un cuerpo que posee un mínimo adiestramiento militar con el que hacer frente al enemigo invasor.
Pocos meses después, el Gobierno de la nación decide transformar esta agrupación en Milicia Honrada y exige la disolución de la Urbana, aunque en A Coruña persistirá esta unidad, que compartirá sus funciones con la recién creada.
El 2 de julio se produce en la ciudad una persecución contra los coruñeses a los que se acusaba de ser afrancesados, entre los que se hallaba el industrial de origen galo Juan Francisco Barrié, dedicado a la fabricación de sombreros y que daría origen a la saga familiar que acabó por dirigir el Banco Pastor. Los perseguidos logran refugiarse en un pontón anclado en la bahía coruñesa, de donde son salvados de la muerte por Sinforiano López, quien intercede por ellos.
El adalid de la sublevación acabaría por declararse a sí mismo Capitán del Pueblo, aunque posteriormente se presentó al representante del Gobierno inglés en A Coruña como Defensor de la Patria, un título que recibió después de las autoridades españolas.
Debido a su profesión de guarnicionero, López es nombrado en el mes de agosto Sillero Mayor del Ejército de Galicia, al que proveyó de sillas, morriones, correajes y otros útiles militares desde lugares como Mondoñedo y Santiago, donde montó un taller de fabricación de armamento.
El 30 de mayo de 1808 fue uno de los principales autores de la sublevación patriótica de la Coruña, para lo que estuvo en contacto con representantes del arzobispo Múzquiz, como el fraile Cristóbal Conde García.
Por ello recibió la distinción honorífica de "Defensor de la Patria". El 2 julio 1808 el pueblo asaltó las casas de algunos franceses o sospechosos de afrancesados en La Coruña, y López Alía fue uno de los primeros en impedir que el asalto terminase en asesinato, pues los interfectos fueron llevados detenidos sólo el tiempo imprescindible para que su vida no corriese peligro.
En septiembre de 1808 fue nombrado sillero mayor (guarnicionero) del ejército de Galicia, o Director general de monturas. El 8 de octubre recibió en La Coruña a John Hookham Frere y al marqués de la Romana, ensalzados los dos por lo que significaban en aquel momento de la lucha nacional.
Realizó algunos servicios fuera de Galicia, como los de observar en Fuenterrabía la entrada de fuerzas enemigas. En León, en 1809, mientras trabajaba para el marqués de la Romana, padeció una enfermedad, por lo que tuvo que retirarse con su familia.
Colaboró en El Patriota Compostelano desde 1809 hasta 1811. El 24 de febrero de 1810 propuso, desde Mondoñedo, al presidente de la Junta Superior de Galicia un plan, algo disparatado, para asesinar a algunos de los jefes del gobierno francés en Madrid.
Máximo proveedor de morriones, monturas y cananas, instaló talleres en Mondoñedo, Santiago y otros puntos, y a finales de 1810 creó en Santiago la que tituló Fábrica de Armamento, aunque no salió del ramo de la guarnicionería. El 19 de noviembre de 1812 fue nombrado teniente de Milicias Urbanas de la Coruña.
Parece que colaboró en la Gaceta Marcial y Política de Santiago, entre 1812 y 1813; en El Ciudadano por la Constitución, entre 1812 y 1814; en el Diario Cívico-Patriótico, entre 1812 y 1815; y en el Diario de Santiago de 1814. Felicitó a las Cortes por la abolición de la Inquisición, y reimprimió a su costa en abril de 1813, en la oficina de Manuel Antonio Rey, los decretos de las Cortes sobre lo mismo, que repartió gratis "para los amantes de la libertad de su amada Patria", y de los que tuvo que hacer al poco tiempo una segunda edición.
En este mismo año se publica su libro
"Sencillo y justo elogio que a las hijas de Galicia tributa como testigo de sus memorables acciones don Sinforiano Lopez Alia, teniente capitan de las milicias urbanas de esta plaza, y director de monturas de los exércitos Nacionales quien le dedica á las hijas de Madrid su patria. Siendo capitan general de este reyno y exercito de Galicia el Excmo. Sr. D. Luis Lacy".
Visitó el antiguo edifico de la Inquisición coruñesa, y narró en "El Ciudadano por la Constitución", el 23 de mayo de 1813, la honda impresión que tal visita le produjo. Reeditó también "Os rogos d'un galego", el conocido poema de Pardo de Andrade. Imprimió también, y repartió gratis, la Representación a S.M. las Cortes, de María del Carmen Lizardi.
El 10 de febrero de 1814 dirigió una Representación a Jorge III de Inglaterra, en la que protestaba por el incendio de San Sebastián. Se le debe también una Contestación al P. Fr. Nicolás de Castro, del convento de Santo Domingo de la ciudad de La Coruña, en su remangado papel del "Exacto Correo" del viernes 17 de diciembre de 1813, en donde se prueba ser falso cuanto dice contra la persona de D. Sinforiano López Alía.
Era socio de número de la Sociedad Económica de Santiago, y poseía la medalla de Jorge III. Sin embargo, tras el cambio político, el 17 mayo 1814 vio su casa asaltada, lo mismo que las de otros liberales. Se le encausó y apresó en Santiago, el 6 de julio de 1814, y en diciembre fue llevado a la cárcel real de la Coruña. El 3 febrero 1815 intentó fugarse, con la idea, según se dijo, de revolucionar la ciudad. Parece que se hallaba en relación con la conjura de Porlier, o, por lo menos, de ello fue acusado.
En relación con la detención de Porlier se dijo: "El capitán Eugenio del Barrio, jefe del castillo, trató al preso con enorme deferencia y, muy especialmente, le permitió recibir visitas. Fue de esta manera como los liberales y masones coruñeses pudieron tomar contacto con el preso y preparar, con él, una conspiración. Aunque la policía estatal logró detener a uno de los conspirados, el sargento Sinforiano López Alía, éste soportó los interrogatorios y no delató a sus compañeros".
La Comisión Militar, presidida por Ulises de Albergoti, le condenó a morir en la horca, previa degradación; pero Antonio Meijide Pardo ha publicado documentos que, de ser ciertos, podrían empañar su fama: Felipe Saint Marcq, capitán general de Galicia, escribió al general Eguíaque López Alía se había ofrecido a confesar toda la trama, a cambio de conservar la vida y de que se le permitiese salir, a él y a su familia, de los reinos de España. Saint Marcq no perdonó, por lo que López Alía fue ejecutado; en cuanto a su propuesta, de momento no se tienen elementos para conocer si en ella hay algo de verdad o no. En 1820, con la vuelta del liberalismo, López Alía fue, como dice Meijide Pardo, mitificado, es decir, se convirtió en un símbolo de las aspiraciones gallegas a la libertad.
Entre otros escritos panegíricos, destaca la Oración fúnebre que le dedicó en 1821 Antonio Benito Fandiño.
"Oración fúnebre que a la inmortal memoria del nunca bien celebrado y heroico patriota D. Sinforiano López, víctima de la verdad y mártir de la justicia, compuso y da a la prensa su grande amigo D. Antonio Benito Fandiño, para que, ya no predicada, sea leída y dada a las Cortes del año 1821".
Bibliografía:
*Biografía de Sinforiano López Alía deGil Novales*"Sencillo y justo elogio que a las hijas de Galicia tributa como testigo de sus memorables acciones don Sinforiano Lopez Alia, teniente capitan de las milicias urbanas de esta plaza, y director de monturas de los exércitos Nacionales quien le dedica á las hijas de Madrid su patria. Siendo capitan general de este reyno y exercito de Galicia el Excmo. Sr. D. Luis Lacy". DeSinforiano López Alía*"La Milicia Honrada de La Coruña de 1808. Antecedentes y Uniforme". Por José Redondo Santos*"La ciudad que se alzó en defensa del rey". Laopinioncoruña.es*"El levantamiento coruñés contra los franceses en 1808. "¡Viva Fernando VII y muera Murat!".Laopinioncoruña.es*"Fernando VII, Rey constitucional: historia diplomática de España de 1820 a 1823". DeW.R. de Villa-Urrutia
Publicado por Beatriz Galindo a las 10:00Fuente: http://villadtembleque.blogspot.com.es/search/label/Beatriz%20Galindo?updated-max=2012-02-21T07:00:00%2B01:00&max-results=20&start=21&by-date=false
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