Singapur es una pequeña isla en el extremo sur de la Península de Malasia. Está considerada una ciudad-estado, con apenas 707 km² es el país más pequeño del Sudeste de Asia y el segundo país con más densidad de población en el mundo.
La ciudad en sí es muy bonita, moderna y conveniente, sin embargo para algunas personas vivir en una ciudad que ocupa la totalidad del territorio nacional supone un agobio y un problema, ya que escapar de la ciudad implica salir del país y cruzar sus fronteras, que limitan con Malasia al norte e Indonesia al sur con sendos estrechos de por medio.
Está claro que uno no puede andar cruzando las fronteras cada fin de semana como el madrileño que va a la sierra a tomar el aire, y al mismo tiempo tampoco puede quedarse permanentemente en esa jungla de asfalto 24/7 sin volverse loco. Algo tiene que tener Singapur para que sus habitantes no terminen perdiendo la razón y puedan desconectar llegado el fin de semana. Durante mi estancia en Marzo me propuse descubrirlo.
Sobrevivir al aburrimiento en Singapur: Sentosa
Sentosa es un pequeña isla situada al sur de la ya de por si pequeña isla de Singapur.
Dada su localización geográfica, en el pasado Fort Siloso componía una de las principales defensas militares de Singapur. Durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación japonesa sus playas se tiñeron de sangre de prisioneros de guerra. En 1972 pasó a llamarse "Pulau Sentosa", la isla de la paz y la tranquilidad en malayo. En la actualidad, lejos de ofrecer aquello que su nombre significa, el islote de apenas 5 km² es en realidad un parque de atracciones gigante destinado al ocio y entretenimiento de los habitantes de Singapur, aunque si bien es cierto contiene algunas playas que invitan al relax.
Se puede acceder a la isla bien por carretera o en el monorail Sentosa Express desde la zona de HarbourFront, y también en teleférico desde el Monte Faber. El monorail es la opción más cómoda, ya que se puede tomar en el centro comercial VivoCity que conecta con la red de metro.
Parte de la isla está destinada al Resort World Sentosa, un complejo que integra hoteles de lujo, restaurantes de todas las cocinas del mundo, numerosas tiendas y todos los entretenimientos que uno pueda imaginar. El dinero no es problema en Singapur.
Aquí se encuentra el parque temático Universal Studios Singapore.
Puedes pasar perfectamente todo un día de diversión con la cantidad de atracciones que hay sumando las de Resort World Sentosa e Imbiah Lookout, sobre todo yendo en familia.
No obstante, no quise entretenerme demasiado porque me interesaba llegar hasta la otra parte de la isla, la de las playas. La costa suroeste del islote se compone de un cinturón de 3 km de playas artificiales construidas con arena regenerada comprada a Indonesia y Malasia. El cinturón comienza con la famosa Siloso Beach.
Esta playa es una de las zonas de ambiente nocturno de Singapur, con bares de playa de inspiración ibicenca como Café del Mar. Es el lugar en el que se celebra todos los años el festival Zoukout. Curiosamente, la primera vez que vine a Singapur en Diciembre de 2007 fue para asistir a este festival de música electrónica; fue uno de los mejores cumpleaños que recuerdo. Cada día hasta la caída del sol al atardecer los clubs no suben el volumen de la música house, por lo que durante la mañana se está bastante tranquilo tirado en la arena leyendo un libro a la sombra de una palmera y entrando en el mar a refrescarse de vez en cuando. Quién diría que esta imagen corresponde a Singapur.
Eso sí, el mar no es que sea gran cosa, siendo sinceros. El horizonte de barcos atracados a la espera de cargar y descargar en el mayor puerto comercial del mundo no es quizás el escenario más idílico para una playa de clima ecuatorial.
A mucha gente le da repelús bañarse en el mar de Singapur, por aquello de la basura y la contaminación que proviene de los barcos, aunque las autoridades aseguran que es seguro meterse en el agua y en mi opinión el agua está limpia a simple vista. Vamos, que yo me metí a nadar y no me morí del asco.
Después de pasar unas horas tirado en la toalla, le entra a uno el hambre. Por fortuna no hay que irse muy lejos para almorzar, durante el día los bares de playa ofrecen menús a precios asequibles con la posibilidad de tomarse una coca cola o un zumo recién exprimido acostado en una tumbona mientras se contempla el ajetreo de la flota marítima. Al final resulta entretenido y todo ver a los enormes barcos pasar unos juntos a otros.
A continuación de Siloso Beach está Palawan Beach, una playa destinada a la diversión familiar. En mitad de la playa hay un curioso puente colgante que comunica con un lugar de especial interés.
Se trata del punto que señala Sentosa como el extremo más al sur del continente asiático, es decir, de la plataforma continental de Asia. Más al sur quedan la línea del Ecuador y las islas que conforman Indonesia.
Cada vez más lejos, en esta ocasión a uno de los extremos del continente asiático.
Después de Palawan Beach está Tanjong Beach, una playa más apartada y relativamente más tranquila, aunque a veces se utiliza para eventos especiales o fiestas. Por último, en la isla hay también varios campos de golf.
Como veis Sentosa tiene mucho que ofrecer no sólo a los habitantes de Singapur sino a los visitantes también, horas de diversión en sus infinitas atracciones y de descanso en sus playas artificiales por el día, buenos cócteles y ambiente de música house por la noche.
Un oasis de ocio y distracción a las afueras de la ciudad de los rascacielos.