Embarcados en la gira de presentación de su más reciente lanzamiento, Siniestro Total están de vuelta en la carretera. 'El mundo da vueltas' es un vinilo de 10" con canciones que han ido grabando en los últimos tiempos para su difusión a través de la red. Grabaciones mezcladas y producidas como es habitual por Joe Hardy (en Houston) y registradas en el estudio de Casa de Tolos (Mañufe-Pontevedra). El diseño del vinilo es obra de Depende Durante.
Aunque la banda anunció en su momento que ya no publicaría más álbumes, ahora regresan con este vinilo. Aunque todo tiene su explicación, pues en realidad es una recopilación de temas que han ido "sacando estos años en la red". "Dijimos eso porque queríamos la idea de ir sacando canciones cuando quisiéramos", defiende el vocalista y guitarrista Julián Hernández en entrevista con Mercadeo Pop.
"Al final, salir de gira con un nuevo disco es nuestra coartada en esta vida", bromea Hernández, quien además aprovecha para recalcar que el vinilo "suena espectacular", algo que corrobora el bajista Óscar G. Avendaño: "Es que tiene una remasterización distinta. Siempre habíamos escuchado los temas comprimidos".
La banda ha recorrido media España durante la primavera presentando el nuevo material y recordando sus clásicos, y ahora tiene por delante la ya clásica época festivalera. "Una de las mejores cosas que se pueden hacer en la vida es ir a un concierto en una sala, ver al grupo que te gusta y tomarte unas cervezas", destaca Julían, al tiempo que diferencia estas actuaciones con las festivaleras: "En una sala vas a ver al grupo y al festival vas a otra cosa".
Y aún añade que "la gente que va a una sala es de una complicidad absoluta", mientras que Avendaño añade que "mucho público de festival nunca va a salas y compra las entradas incluso sin saber ni quien toca". "En un recinto cerrado todo el mundo se implica mucho más y no te puedes distraer con nada", zanja el guitarrista Javier Soto.
Con más de 35 años de historia a sus espaldas, es normal que Siniestro Total tenga serios problemas para armar un repertorio que contente tanto al público como a los propios músicos. Y así lo admite Julián Hernández: "Nos comemos mucho el tarro con el repertorio y el orden de las canciones. Es una comedura de tarro anual".
Así, los tres admiten que sienten "cierta dictadura del público", aunque Avendaño recalca que "tampoco puedes ceder en todo". "Te ves obligado a hacer cosas, eso es evidente", tercia Soto, mientras que Hernández aclara que "la decisión última tiene que ser" del grupo ya que "es imposible una democracia donde cada uno dice una cosa".
"Elvis Costello puso una ruleta de la fortuna porque estaba harto de que le dijeran que no había tocado esta o aquella y decidió dejarlo en manos del azar. Eso es complejo porque tienes que tener un repertorio muy trabajado y puede que te pidan una de la que ni te acuerdas. La dictadura es relativa, pero con internet y tal, las sugerencias a veces funcionan", explica Julián Hernández.
"Y hay canciones que sabes que la gente querría que tocaras, pero no las tocamos. Porque no, porque no funcionan o porque no quedan bien a estas alturas", confiesa Avendaño, propiciando que Julián apunte que convertirse en "una especie de grupo de autotributo es un arma de doble filo".
En esa dicotomía entre pasado y presente, Julián sentencia: "No se puede renegar de la historia del grupo, que es lo que es por lo que ha sido. Pero hay que tener mucho cuidado con vivir de la nostalgia y los cruceros ochenteros. Procuramos huir como sea de todo eso sin renegar de nuestra propia historia. El pasado es una losa que todos tenemos".