Tiempo. Eso es lo que Tessa necesita ahora que lo suyo con Alex ha dejado de ser una cuenta pendiente. O al menos eso cree, porque mientras ella se esfuerza por superar el fin de su relación, el destino, una vez más, cruzará sus caminos y le hará enfrentarse a todos sus miedos. Y por si fuera poco, también tendrá que luchar para recuperar la complicidad que la unía a su mejor amigo, Zac. Sin embargo, cuando te han roto el corazón en cientos de pedazos y no sabes quién eres, es difícil saber hacia dónde quieres ir.
"El amor puede curar las heridas mil veces más rápido que el paso de los años. Pero para ello... para ello tienes que dejar que te quieran. Si me dejas quererte..."