► Título: Sinsajo
► Título original: Mockinjay
► Autora: Suzanne Collins
► Serie: Los Juegos del Hambre #3 (de 3)
► Publicación: Septiembre 2010
► Editorial: Molino
► Páginas: 420
► Precio: 16 €
En esta reseña no entraré en detalles e intentaré no desvelar nada del argumento, pero os recomiendo que si aún no habéis leído los libros anteriores no sigáis leyendo la reseña, ya que algún spoiler se me colará, seguro. No creo que sea necesario recordar que para gustos están los colores, pero de todas formas os lo digo: esta devoradora ofrece su humilde opinión, una entre tantas que es tan válida como cualquier otra, así que pido respeto; no es necesario que me echéis a la hoguera cuando os suelte las razones por las que me he llevado una pequeña decepción con este esperado final de la trilogía. Empecemos… (✿◡‿◡.)
Desde el principio tuve claro que Suzanne Collins quería una representación realista de la guerra, que buscaba reflejar la crueldad, la decadencia, el dolor y la muerte. Sigue una línea que dista bastante de las entregas anteriores, pero es algo que no ha terminado de gustarme: no digo que la idea de esa innovación no me guste (porque sí, lo hace), pero he echado en falta más acción y menos cámaras, qué queréis que os diga.
Las muertes; un enorme derrame de sangre que ha hecho del libro un cúmulo de drama página tras página. Estaba claro que algunos (muchos) tendrían que morir: desde el principio, la autora nos mostró un mundo cruel y desgarrador que en nada se asemejaba a un cuento de hadas, con lo que sí, las muertes eran necesarias, pero las de algunos personajes me han parecido un sinsentido.(ಡ﹏ಡ)Y lo que menos me ha gustado, ese gran pero que he ido arrastrando a lo largo de toda la lectura: Katniss. Nuestra protagonista ya no es lo que era: su fuerza y su carácter se han evaporado, su fuego no está latente, está débil, trastornada, llorosa, apagada y desquiciada. Nuestra chica en llamas va perdiendo la cordura, se lamenta, se vuelve irracional y algo insulsa si la comparamos con la antigua Katniss que tanto he echado en falta. Se ha convertido en el Sinsajo, sí; pero aunque es la cara que se muestra al frente de la Rebelión, no es la fuerza que hay detrás de todo…
Además de todo eso, he notado que este libro no me ha enganchado tanto como los anteriores. Tiene buen ritmo y se lee con fluidez, pero para mi gusto necesitaba más acción, algo que me sorprendiera y me diese un vuelco al corazón. Pero nada, que ese gran algo no ocurría, sentía esa urgencia de seguir leyendo porque esperaba algo grande, no porque estuviese enganchada a la historia; todo me parecía más de lo mismo, una y otra vez, y yo esperaba más, mucho más. Me quedé con las ganas de que la autora me hubiese situado en las calles que recorren los personajes, más acción, más fuerza por parte de la protagonista, menos divagación y otra forma de solucionar ese triángulo amoroso que nos traía de cabeza desde el principio (ojo, que no me quejo de la solución, sino de la forma de llegar a ella).
Cuando lo terminé, no sabía cómo demonios explicar qué me había parecido. Le daba vueltas y vueltas y no me aclaraba, pero tras dejar reposar la historia un tiempo creo que (más o menos) he podido expresar el por qué de la pequeña decepción que me he llevado con Sinsajo. Cada uno esperaba algo distinto a los demás, y no todos podemos quedar satisfechos con este broche que pone el cierre a la trilogía; y aunque me ha parecido un buen libro en general, no ha conseguido gustarme tanto como esperaba y se lleva menos nota que sus hermanos mayores…