La ansiedad por separación en los bebés es una etapa normal del desarrollo, pero un malestar excesivo y recurrente puede indicar un trastorno. También trataremos los posibles riesgos y complicaciones de la ansiedad por separación, así como las formas de ayudar a los bebés a sobrellevarla. Si tu bebé experimenta síntomas graves, puede ser útil que busques orientación profesional.
Entender la ansiedad por separación en bebés
La ansiedad por separación en bebés es una parte natural de su desarrollo, en la que experimentan malestar al separarse de sus cuidadores principales, normalmente su madre o su padre. Es importante reconocer que la ansiedad por separación es una etapa común y esperada del desarrollo infantil, que suele aparecer alrededor de los 6-7 meses de edad y alcanza su punto álgido entre los 10 y los 18 meses. Durante este tiempo, los bebés pueden expresar su angustia mediante el llanto, el aferramiento o muestras de preocupación cuando un progenitor o cuidador intenta alejarse de ellos. Aunque la ansiedad por separación es una parte normativa del proceso evolutivo, para algunos bebés estos sentimientos de angustia pueden acentuarse, dando lugar a lo que se conoce como trastorno de ansiedad por separación.
Las manifestaciones del trastorno de ansiedad por separación, pueden ser angustiosas tanto para el bebé como para los padres. Cuando la ansiedad por separación se vuelve excesiva y genera una conmoción emocional desproporcionada, puede convertirse en un trastorno clínicamente significativo. La Asociación Española de Pediatría, advierte que el trastorno de ansiedad por separación puede identificarse por los niveles de angustia recurrentes y extremos en la anticipación de la separación de los seres queridos o cuando se alejan de un entorno familiar, como el hogar. En algunos casos, esto puede prolongarse más allá de los primeros años de vida y llegar hasta la infancia y la adolescencia, interfiriendo potencialmente en el funcionamiento social, académico y familiar.
Dado el aspecto normativo de la ansiedad por separación, es vital que los padres y cuidadores reconozcan que un cierto nivel de malestar al separarse es un signo de apego creciente y de vínculo emocional sano del bebé. Este vínculo emocional es una base esencial para la sensación de seguridad y su capacidad para establecer relaciones sanas en el futuro. También es importante que busquemos información y apoyo para distinguir entre la angustia típica de la separación y un trastorno de ansiedad más serio, así como para entender cuál es la mejor forma de responder a las necesidades de nuestros hijos durante esta etapa del desarrollo.
Reconocer los síntomas y signos de la ansiedad por separación en bebés
La ansiedad normal por separación puede provocar momentos de preocupación o malestar en un bebé, mientras que el trastorno de ansiedad por separación suele caracterizarse por síntomas más intensos y persistentes. Algunos signos comunes del trastorno de ansiedad por separación en los bebés y niños pequeños son la angustia o resistencia excesiva al separarse de sus cuidadores principales, el miedo persistente y excesivo a perder a un progenitor, la renuencia a asistir a la escuela u otras actividades que impliquen separación, las pesadillas sobre la separación y síntomas físicos como dolores de cabeza o de estómago, sobre todo al anticipar o durante las separaciones. Estos síntomas pueden perturbar y abrumarlos, afectando a sus rutinas diarias, interacciones sociales y bienestar general.
Es importante que los padres seamos conscientes de estos signos y síntomas, ya que pueden indicar la presencia de un problema de ansiedad más grave que requiere atención y apoyo. En algunos casos, según se desarrollan a la niñez, el trastorno de ansiedad por separación también pueden experimentar ataques de pánico, durante los cuales pueden presentar episodios súbitos e intensos de miedo e incomodidad relacionados con la separación. Estos síntomas pueden ser alarmantes tanto para el peque como para el padre y la madre, hecho que pone de manifiesto la importancia de abordar la ansiedad por separación de manera sensible e informada.
Identificar las causas subyacentes
La ansiedad por separación en los bebés es a menudo un reflejo de su avance en el desarrollo cognitivo y emocional, que puede persistir durante la niñez. Los niños pequeños son cada vez más conscientes del mundo que les rodea y de las relaciones que mantienen con sus cuidadores. Esta conciencia emergente puede conducir a una mayor sensibilidad ante las separaciones y a una mayor necesidad de tranquilidad y consuelo de las figuras conocidas, normalmente sus padres. Además, factores ambientales como las transiciones a entornos de cuidado infantil nuevos, los cambios en las rutinas o acontecimientos vitales significativos como el nacimiento de un hermano, pueden contribuir a la ansiedad por separación en los niños, intensificando sus respuestas emocionales y su alteración.
Además, las influencias genéticas y ambientales pueden desempeñar un papel en el desarrollo del trastorno de ansiedad por separación. Los niños con antecedentes familiares de trastornos de ansiedad pueden estar predispuestos a experimentar niveles elevados de ansiedad ellos mismos, incluida la ansiedad por separación. Los acontecimientos vitales estresantes, como la pérdida de un ser querido, el divorcio de sus padres o importantes traslados familiares, también pueden desencadenar o agravar los síntomas de ansiedad por separación en los niños, poniendo de relieve la compleja interacción de factores genéticos, psicológicos y ambientales en la manifestación de esta afección.
Riesgos y complicaciones
Aunque muchos niños se adaptan gradualmente a las separaciones y desarrollan mecanismos eficaces para afrontarlas, para algunos, la ansiedad por separación puede agravarse y plantear retos más duraderos. Cuando no se aborda o se agrava con el estrés continuo, la ansiedad por separación puede aumentar el riesgo de que el niño desarrolle otros trastornos de ansiedad, como ansiedad generalizada o ansiedad social, a medida que avanza en su infancia. Además, la ansiedad por separación persistente y grave puede repercutir en el rendimiento escolar del niño, en su capacidad para formar y mantener amistades y en su bienestar emocional general. También puede suponer una considerable tensión para la relación familiar, poniendo de relieve las profundas implicaciones de la ansiedad por separación no controlada en los niños.
Retos adicionales durante el crecimiento
En algunos casos, los niños y adolescentes con ansiedad por separación también pueden luchar con dificultades relacionadas, como problemas para dormir, comer o controlar sus emociones. Estos retos adicionales pueden agravar el impacto de la ansiedad por separación en el bienestar general y el funcionamiento del niño, por lo que es necesaria una aproximación global y compasiva para abordar sus necesidades emocionales. El control de las complejidades de la ansiedad por separación y de sus posibles ramificaciones requiere una intervención polifacética y atenta que abarque la angustia emocional inmediata del niño, así como su bienestar psicológico a largo plazo.
Efectos sanadores
Abordar la ansiedad por separación en los bebés y niños implica aplicar una serie de estrategias de apoyo que pueden ayudar a mitigar su angustia y fomentar una sensación de seguridad y confianza en la gestión de las separaciones. Un enfoque valioso es el establecimiento de una rutina de despedida coherente y tranquilizadora, que puede incluir despedirse de forma cariñosa pero firme, proporcionar un objeto reconfortante y ofrecer tranquilidad sobre el regreso de los padres. Al crear un ritual de separación previsible y afirmativo, los padres pueden ayudar a su hijo a desarrollar una sensación de confianza y seguridad en la gestión de las separaciones, aliviando su angustia y fomentando una actitud más positiva hacia la separación de sus cuidadores.
Establecimiento de un horario de despedidas
Crear una rutina estructurada y tranquilizadora para despedirse puede ayudar a los niños a anticipar y gestionar las separaciones con más eficacia. Puede consistir en establecer rituales claros y coherentes, como una frase o gesto de despedida especial, e incrementar gradualmente la duración de las separaciones de forma progresiva y comprensiva. Al establecer una rutina de despedida previsible y afirmativa, los padres pueden capacitar a su hijo para afrontar las separaciones con mayor seguridad y compostura, reduciendo así la intensidad de su angustia y fomentando una transición más suave.
Facilitar transiciones más fáciles
Ayudar a los niños a gestionar las separaciones implica también crear un entorno que fomente la sensación de seguridad y comodidad. Alentar al niño a llevar un objeto que aprecie o a participar en una actividad breve y agradable antes de la separación puede ayudar a aliviar su angustia y establecer una asociación más positiva con las separaciones. Además, mantener una comunicación abierta y tranquilizadora sobre la separación inminente y el regreso del progenitor puede ayudar al niño a sentirse más tranquilo y seguro a la hora de gestionar sus emociones durante la transición.
Saber cuándo buscar orientación
Reconocer cuándo el malestar de un niño alcanza un nivel que requiere atención profesional es un aspecto crucial para apoyar su salud mental y emocional. Si los síntomas de ansiedad por separación persisten y dificultan significativamente su funcionamiento diario, sus interacciones sociales o su bienestar general, es importante que los busquemos la orientación de un profesional cualificado de salud menta l. Además, si la ansiedad por separación de un niño se acompaña de otros síntomas preocupantes, como irritabilidad persistente, quejas físicas frecuentes o una sensación generalizada de miedo e inquietud, es aconsejable recurrir a un profesional sanitario, para determinar la medida más adecuada a tomar.
Es importante que los padres confiemos en nuestros instintos y busquemos apoyo, si nos sentimos agobiados o inseguros sobre cómo ayudar mejor a nuestros hijos a controlar la ansiedad por separación. Pedir orientación a un profesional sanitario puede proporcionarnos otra perspectiva, los recursos y las estrategias necesarios para atender las necesidades específicas de forma solidaria y eficaz. Al colaborar activamente con los profesionales sanitarios y de salud mental, los padres pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción del bienestar emocional y la resiliencia de sus hijos, fomentando en última instancia un enfoque positivo y adaptativo de la gestión de la ansiedad por separación.
Entender la importancia de la intervención y el apoyo tempranos
La ansiedad por separación en los niños es un problema multifacético y sensible que requiere un enfoque compasivo e informado para apoyar el bienestar y el desarrollo emocional del niño. Al reconocer las diferencias entre la angustia normal de la separación y el trastorno de ansiedad por separación, los padres y cuidadores pueden estar mejor preparados para ofrecer el apoyo e intervención personalizados que necesitan para atender las necesidades emocionales específicas de su hijo. La identificación precoz y la intervención proactiva pueden mitigar significativamente el impacto de la ansiedad por separación en el bienestar general del niño y reducir el riesgo de complicaciones, como el desarrollo de trastornos de ansiedad persistentes y problemas en el entorno social y académico.
Asimilar el conocimiento sobre las causas subyacentes y las manifestaciones de la ansiedad por separación puede capacitar a los padres para atender las necesidades emocionales de su hijo con sensibilidad y eficacia, fomentando un entorno enriquecedor que promueva la resiliencia emocional y las habilidades adaptativas del niño. Mediante una combinación de apoyo atento, orientación profesional y aplicación de estrategias constructivas, los padres pueden criar un entorno seguro y de apoyo que anime a su hijo a superar las separaciones con confianza y bienestar emocional. En última instancia, un enfoque bien informado y empático para abordar la ansiedad por separación en los niños puede sentar las bases de su futura salud emocional y de su capacidad para establecer relaciones seguras y resistentes a medida que maduren y se desarrollen.
En conclusión, la ansiedad por separación en los bebés es una etapa normal del desarrollo que puede convertirse en un trastorno si los síntomas son excesivos. Es importante comprender las causas subyacentes y buscar ayuda profesional si es necesario. Crear una rutina coherente y encontrar soluciones para que las transiciones sean más fáciles también puede ayudar a aliviar los síntomas de la ansiedad por separación.
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