Revista En Femenino

Síntomas de mi segunda betaespera – Segunda semana

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Los planes han cambiado, y finalmente, será hoy cuando tenga los resultados de mi análisis de beta HCG, que dirán si estoy embarazada o no. Será el final de una dura betaespera en la que he estado ilusionada, triste, abatida, esperanzada… Ha sido mucho más dura que mi primera betaespera y espero que acabe mucho mejor.

Ya me he hecho el análisis, pero no tendré los resultados hasta la tarde. Tranquilos, os mantendré informados. El motivo por el que he adelantado el análisis de la beta, lo veréis más abajo. He creído que era lo más conveniente.

De momento, quiero dejar constancia de cuáles han sido los síntomas que he ido teniendo (o no teniendo, que este tema también me ha traído de cabeza), en los últimos cinco días de betaespera. Podéis leer aquí los síntomas de los primeros cinco días de betaespera.

Día 6 de betaespera, embrión de 10 días: Me levanto sin ningún tipo de molestia, y no puedo evitar venirme abajo. Parece que los cambios de humor y ánimo están a la orden del día y probablemente, todas estas hormonas tengan algo que ver.

De forma intermitente, tengo pequeñas molestias en el útero, pero en ningún momento son pinchazos. Y en una ocasión, me noto los pechos duros, pero esa sensación no dura demasiado tiempo y desaparece enseguida.

Fregando los platos me doy cuenta de que me duele la espalda. La zona lumbar en concreto, y eso que hacía mucho tiempo que no tenía dolores de espalda. No sé si es un síntoma o que estoy tan gorda que mi espalda se queja (me sobran 5kg ya, no tengo pantalones, en serio).

Día 7 de betaespera, embrión de 11 días: Día de locura total. Subidas y bajadas de ánimo a lo largo de todo el día. Lágrimas que se me escapan, y unas flatulencias importantes.

No puedo ponerme un pantalón nuevo que la semana pasada sí que me venía, y tengo que recurrir a unos jeggins. Sigo estreñida, y entre eso y las flatulencias, se me hincha la barriga y empiezo a tener pinchazos (por los gases, no de útero).

Por la tarde vuelve esa sensación extraña del útero. Siguen sin ser pinchazos, simplemente noto que está ahí. Es una molestia constante.

Nada en los pechos. Quizás una leve sensación que me hace sentirlos más, pero probablemente es porque estoy pendiente y no signifique nada.

Día 8 de betaespera, embrión de 12 días: Me levanto, como cada día, sin molestia alguna. Me hago un test de embarazo de esos ultrasensibles que da negativo, y claro, me siento mal y me vengo abajo. A lo largo de la mañana decido que estoy harta de estar triste y voy a tomármelo con calma.

Sobre las 11 de la mañana empiezo a tener dolor de regla, y un par de horas después, empiezo con molestias en los pezones, exactamente igual que la vez anterior.

Sigo con muchos gases, y la barriga se me vuelve a hinchar como el día anterior. Llegar a casa y ponerme el pijama es la solución (y tirarme pedetes, claro).

Me doy cuenta que huelo cosas que antes no olía, o quizás no le daba importancia.

A la tarde los pezones me arden, la molestia es muy grande y yo me vengo arriba pensado “venga, doled más!”. Por otro lado, se me cierra el estómago y tengo un poco de angustia, pero no de vomitar (porque yo he vomitado 5 veces en toda mi vida), sino como si me hubiera sentado algo mal. Me costó mucho cenar porque solo necesitaba irme a dormir.

Maridín alucina con mi cara de destrucción y estamos convencidos de que estoy embarazada.

Día 9 de betaespera, embrión de 13 días: Me levanto como si nada, otra vez. No me escuecen los pezones, ni los pechos están duros. Nada. Me hago un test de embarazo (sí, soy idiota), dando por hecho que lo de la noche anterior ya se debería ver y sale negativo.

No me da un bajón muy grande porque sigo con mi mentalidad del día anterior, pero sí que decido que no me hago más tests de embarazo.

Durante la mañana no tengo muchos síntomas. Huelo cosas en el trabajo que nadie más dice oler, y tengo el estómago algo revuelto. Los gases no me han abandonado, siguen ahí. En algún momento noto molestia de pezones, pero enseguida desaparece.

A las 15h me empieza otra vez un dolor de regla importante, ¡¡y a las 16h me doy cuenta que me tenía que haber puesto la progesterona a las 14h!! Me siento culpable por haber llegado tarde dos horas.

Cuando llego a casa y me relajo, dejo de tener dolor de regla para pasar a tener una molestia leve en el útero y los pezones vuelven a molestar, de forma más light, pero constante.

Día 10 de betaespera, embrión de 14 días (hoy): A las 2 de la madrugada me despierto con aquellos dolores brutales que tuve con Petri. Me levanto de la cama doblada porque apenas puedo andar, y después de un rato en el WC y ver que no hay sangre, decido ponerme una compresa, tomarme un paracetamol y volver a la cama.

Decido, mirando al techo, que me haré el análisis hoy mismo. Los recuerdos son muy fuertes y si se trata de otro embarazo bioquímico, necesito saberlo. Si hay beta, seguramente no sea muy alta y haya que repetirla, si no la hay, fin de la historia.

Paso una mala noche con pesadillas en las que sangro muchísimo, y me levanto a las 5 para poderme duchar y desayunar. A las 7 me hago el análisis y a las 8 voy a trabajar.

No tendré los resultados hasta la tarde, pero sigo teniendo una molestia constante en el útero. Alguien me dijo que con los parches no baja la regla, de hecho, a mí no me baja ni con la progesterona, pero si hay algo que perder, nada lo va a parar.

La entrevista de trabajo que tengo esta tarde, la cambiaré de día. Tengo que cruzarme Barcelona entera, y entre lo poco que he dormido, el dolor constante de útero y el posible resultado devastador de la beta… mejor no presentarme así.

Estoy muy desilusionada. Sé que muchas mujeres notan un pinchazo muy fuerte en la implantación, o molestias de regla. Esto solo podía ser el desprendimiento de un endometrio muy grueso. Un dolor que se extendía a riñones y piernas. De regla TOTAL.

Y si tengo que elegir entre un resultado negativo de beta o una beta baja, no sé que escoger. Sufrir otro embarazo bioquímico me partirá el corazón y me hará sospechar que hay algún problema más.

¿Por qué tenía que pasar algo así?

 


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