Los síntomas que indicamos a continuación suelen estar relacionados con el hábito del tabaco. Aunque sus causas pueden se otras, continuar fumando supone un riesgo real para agravarlos.
Síntomas como el dolor en el pecho, dificultad respiratoria o problemas de circulación, mejoran rápidamente cuando se abandona el hábito.
Disnea. Dificultad para respirar acompañada de jadeo durante la práctica de algún ejercicio, como subir una escalera. Significa que la capacidad pulmonar está perjudicada. Son síntomas que también se corresponden con la bronquitis y el enfisema.
Trastornos digestivos. Sensación de ardor abdominal, náuseas ocasionales, vómitos, pueden ser causados por úlcera de estómago o duodeno.
Hematuria. La presencia de sangre en la orina puede corresponderse con un trastorno de riñón o incluso de cáncer de vejiga. Conviene que consulte a su médico de inmediato.
Manchas en la boca, de color blanco o rojo. Debe consultar a su médico. Pueden ser síntomas precancerosos.
Tos. Tos persistente. Síntoma de bronquitis crónica. Es típica de muchos fumadores, algunos de los cuales terminan desarrollando enfisema.
Dolor en el pecho. Cuando se cansa o causado por el ejercicio. También puede ser causa de angina de pecho o de una enfermedad coronaria, cáncer de pulmón o alguna enfermedad coronaria.
Trastorno de la circulación. Calambres frecuentes en la parte inferior de las piernas. Puede agravarse con úlceras o gangrena si se continúa fumando de forma empedernida.
Los peligros del tabaco también afectan a las personas que no inhalan su humo directamente, pero inspiran el aire que lo contiene. Diversos estudios han demostrado que el humo secundario que está en el aire contiene más alquitrán, nicotina y monóxido de carbono que el humo que inhala el fumador.
El tabaquismo pasivo causa irritación en los ojos, bronquios, pulmones y nariz, y también aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, siendo los mas susceptibles los niños pequeños.
Visita Suplments