Los golpes de calor son una de las causas más frecuentes de fallecimientos en la época estival, especialmente en personas mayores. También los niños pequeños son propensos a sufrir este problema así como las personas que realizan deporte en condiciones de alta intensidad sin estar lo suficientemente preparados e hidratados. Es común que los síntomas del golpe de calor pasen desapercibidos o simplemente no se les preste la atención adecuada que merecen. Lo habitual es pensar que se trata de algo pasajero y que ya remitirá.
Uno de los principales síntomas es sentirse cansado. Hay quien lo atribuye al paso de las horas, o simplemente a no haber descansado bien ese día. Pero puede convertirse en algo peligroso. A ello se le suman los mareos. Es cierto que un mareo puede ser provocado por una causa más benigna como tensión en las cervicales, pero siempre es un indicador de que algo no está bien. Hay que dejar atrás esas malas costumbres de no preocuparse lo suficiente por la salud personal.
Se puede llegar a una situación de confusión, donde la persona afectada tenga problemas para orientarse, algo que se acompaña con el mareo previamente indicado. Incluso puede ocurrir sentir dolor de cabeza o algún calambre muscular. Como se puede apreciar de nuevo son síntomas que no suelen dárseles demasiada importancia o que se piensa están relacionados con otras cosas.
También con el golpe de calor llega a producirse una sudoración bastante considerable de la piel que luego pasar a desaparecer de golpe, provocando que la capa se encuentre totalmente seca y enrojecida, como si de una pequeña quemazón se tratase. La temperatura corporal se mantiene muy elevada y es probable que puedan aparecer nauseas o vómitos.
Para que este problema no se convierta en algo grave lo mejor es evitarlo permaneciendo alejados de las horas del sol más fuerte, especialmente a partir de las 12 del mediodía. Incluso en zonas más frescas como puede ser una playa, la gente tiene tendencia a tomar el sol a esas horas, lo cual no es nada bueno para la salud, además de una gran exposición a los rayos, provocando quemaduras o hasta llegar a una insolación. No debe olvidarse la hidratación, en verano hay que beber constantemente agua, evitando también las bebidas alcohólicas o carbohidratadas. En este enlace podéis consultar algunos consejos para sobrevivir al calor de verano.
Si llega a producirse el golpe de calor es necesario intentar bajar la temperatura corporal. En primer lugar escapando del sol y buscando una sombra o sitio interior donde además existe una corriente fresca de aire. Si la zona está aislada pero el bochorno es considerable será mucho más complicado paliar la situación. Dar masajes corporales así como hidratarse correctamente para seguir el proceso. Si la temperatura es muy alta se puede bajar con baños de agua fría.