Cuando estalló el conflicto en Siria a mediados de 2011 en el marco de las revueltas árabes —primaveras árabes para los más optimistas—, Israel decidió ponerse de perfil y se mantuvo a la espera, a pesar de compartir una frontera muy importante con el país árabe. Si bien Israel preferiría un cambio de régimen en Siria, le preocupa qué tipo de gobierno sucedería a Bashar al Asad; no tomar parte activa en el conflicto —al menos de manera oficial— obedece a que no veía beneficio alguno en apoyar a ninguna de las dos partes.
No obstante, la correlación de fuerzas en la región, con giros drásticos resultado de la maraña de intereses trenzados entre la multitud de actores que forman parte del conflicto, ha hecho cada vez más complicado que Israel pudiera seguir manteniendo un perfil bajo y su grado de implicación en el conflicto ha ido aumentando a medida que este se dilataba en el tiempo, hasta convertir al Estado hebreo en un actor central en la fase actual.
Israel ha centrado sus esfuerzos políticos, militares y clandestinos en mantener a los distintos grupos proiraníes que operan en Siria, como Hezbolá, alejados de la frontera israelí, donde representan una amenaza potencial pa...
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Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseñaSiria, un campo de batalla entre Israel e Irán fue publicado en El Orden Mundial - EOM.