Además de un ser mitológico de belleza única Adonis es el seudónimo del poeta sirio Ali Ahmed Saïd Esber, candidato perenne a Nobel de Literatura y quizás el humanista e intelectual árabe más respetado y escuchado actualmente en Europa.
Ahora que vemos los crímenes de Bashar al-Assad en una parte del país de 22 millones de habitantes donde nació Adonis hace 82 años debemos ser cautos en nuestros juicios porque quizás quienes luchan contra el presidente serán peores que él y que su padre, Hafez al-Assad, al que sucedió tras su muerte en 2000.
Es lo que se deduce de una entrevista que acaba de hacerle en Paris, donde residen ambos, el periodista y escritor Juan Pedro Quiñonero.
Quien haya leído algo de Adonis sabe que además de una gloria de la poesía árabe es un humanista en el sentido amplio del término, que incluye el amor al ser humano.
Sus análisis sobre un mundo musulmán difícilmente interpretable para la mentalidad judeocristiana y liberal europea, son ilustrados, fiables y compasivos.
Ese liberalismo le permite advertirnos que lo que llaman “primaveras árabes” son sólo cambios de régimen en los que toma el poder el islamismo más cerril y fanático, que sustituye a otros totalitarismos menos religiosos.
Adonis alerta sobre el avance del islamismo iniciado en Túnez, que siguió el norte de África y lucha ahora en Siria.
En lugar de llevar a avances liberadores, separando religión y Estado, se está devolviendo países enteros el medioevo intelectual, a los sistemas más reaccionarios.
Quienes primero sufren el terror verdadero de los nuevos regímenes, tampoco lo dice pero queda en el subconsciente, son quienes no pertenecen al islam radical sunita, incluyendo los cristianos, que ya padecen crecientemente en los países “liberados” persecuciones y asesinatos salafistas.