[Sitges'13] De la risa por el fin del mundo a la pasión de Brian De Palma

13/10/2013 Tercera jornada en el Festival. Buen día cinematográficamente hablando en Sitges, este domingo. El de una servidora comenzó a las 10:30h en el Auditori con The World´s End, que es la mejor manera de empezar cualquier día de la semana. Esta película de comedia y ciencia ficción de Edgar Wright (Zombies Party, Scott Pilgrim contra el mundo) supera sus anteriores filmes con esta historia mejor dibujada que las anteriores y donde las carcajadas acompañan de principio a fin gracias también a sus actores, encabezados por Simon Pegg, Nick Frost y Martin Freeman, que ponen la guinda a este delirio británico. Una historia que cuenta el reencuentro de cinco amigos que deciden hacer la ruta de bares de su pueblo veinte años después de acabar el instituto. Esta vez tienen que acabar en el pub “El fin del mundo”, al que no llegaron la otra vez. En esta ocasión una serie de percances les hará difícil llegar al último pub… ¡No se la pierdan!

Mi siguiente película del domingo fue The Call, de Brad Anderson (El maquinista, Transsiberian), que explica la historia de una operadora del teléfono de emergencias de la policía cuyo error cuesta la vida de una joven. Meses después y aún con mala conciencia (recuerden El maquinista) ve la oportunidad de redimir su pena ayudando a otra chica retenida en el maletero de un coche. Un thriller con una persecución que no te deja un minuto de respiro y que aunque se desvía hacia algo ya muy visto en cierto momento (cierto tipo de psicópata) se recupera con un buen final. Recuerda a Buried por lo del encierro en un espacio pequeño con un teléfono móvil pero no se reduce a eso. Protagonizan la cinta Halle Berry y Abigail Breslin, la actriz de Pequeña Miss Sunshine.

Roman Coppola, hijo de Francis Ford Coppola, dirige una delirante y surreal historia protagonizada por Charlie Sheen, A Glimpse Inside the Mind of Charles Swan III. Como el mismo título indica, la película mezcla la delirante mente del protagonista, un publicista que sufre una ruptura amorosa y vive su día a día entre ensoñaciones y realidades vividas con sus excéntricos amigos, protagonizados por habituales de la pareja Coppola-Wes Anderson, como son Bill Murray y Jason Schwartzman. Disfrutable.

Cambiando de género y de cine nos fuimos al Prado, donde con retraso por problemas con la copia de la película, pudimos ver el documental American Jesus. Un filme sobre las diversas formas que el cristianismo adopta en Estados Unidos (moteros cristianos, etc) dirigido por un catalán Aram Garriga. Me parece haber visto ya muchos documentales con el fanatismo religioso como tema., aunque al que le interese el tema, le gustará.

Violet es la propuesta de Luiso Berdejo, director de La otra hija y guionista de Insensibles, entre otras. Una coproducción entre Estados Unidos y España que cuenta la historia de Álex (Junio Valverde), un español que vive en Santa Monica y que un día encuentra una Polaroid donde sale una chica de la que no sabe absolutamente nada pero de la que se enamora perdidamente. Decide buscarla pero al no tener ni una sola pista empieza una búsqueda un tanto mística y fantasmal a la par que romántica. Algo que su director tilda de “drama sobrenatural” pero que tiene mucho de divertido por el periplo bastante surreal que lleva a cabo el protagonista, acompañado de su amiga interpretada por Leticia Dolera y Carlos Bardem entre el reparto. Un proyecto muy independiente que parece un canto de amor al cine, a la fotografía y a la libre creatividad.

La sección Seven Chances trajo el domingo el filme Passion de Brian de Palma (Carrie, Los intocables de Eliot Ness), no estrenado en España. Una película que repite las formas más reconocibles del director en una historia sobre una joven ejecutiva de una agencia publicitaria y su ambiciosa jefa y sus idas y venidas entre el amor y el odio. Se trata de un remake de la película francesa Crime d´amour de Alain Corneau, (2010) que encantó en su pase en el festival a los fanáticos del director precisamente porque parece autocopiarse en sus excesos.