Alex van Warmerdam vuelve a la sección oficial de Sitges, tras haber ganado en 2013 el premio a mejor película, con Schneider vs. Bax, una película que viaja entre el thriller, el humor negro y el surrealismo. Un asesino a sueldo y un escritor son contratados por una misma persona sin saberlo y reciben el encargo de matarse el uno al otro. Bax, se caracteriza por su dejadez, su adicción a las drogas y al alcohol, su escepticismo y mal humor. En cambio Schneider es una persona meticulosa, obsesiva y de ideas claras. La acción se desarrolla en el interior y el exterior de la casa de Bax, situada en medio de una ciénaga. La intrusión de varias personas del círculo de Bax acaban entorpeciendo el trabajo de ambos y llevando la película hacia al surrealismo más extremo.
En condiciones normales la tensión generada por las situaciones planteadas en la película sería prácticamente insoportable. Pero Warmerdam es un experto manipulador del humor negro de manera que sabe apartar al máximo toda la carga dramática de la obra, eliminando buena parte de su seriedad y transmitiendo la sensación de estar delante de una broma absurda. Sin embargo, su simple puesta en escena y el enorme trabajo en la construcción de los personajes protagonistas, inunda la película de una atmósfera realista que contrasta con su tono absurdo y contribuye a añadir mayor profundidad y matices.