
Egipto es sinónimo de historia eterna: pirámides que desafían al tiempo, templos que aún parecen resonar con cánticos sagrados y ciudades que fueron el corazón del mundo antiguo. Con semejante herencia, cualquiera imaginaría que la lista de Patrimonios de la Humanidad en este país sería interminable. Sin embargo, la realidad sorprende: la UNESCO solo ha reconocido siete lugares. La explicación no es una falta de tesoros -Egipto es un museo al aire libre-, sino la forma en que la UNESCO agrupa conjuntos monumentales enteros bajo una sola inscripción. Así, en lugar de listar pirámide por pirámide o templo por templo,
