Revista Rugby
Inglaterra necesitaba la victoria con puntos bonus en París para mantener sus opciones, pero sus hechuras eran más propias de un animal herido que de un héroe. La derrota en Edimburgo ha abierto varios dilemas. El primero, la capitanía de Dylan Hartley, lo ha aplazado él mismo con su lesión. Owen Farrell, su compañero de habitación, se hizo por primera vez con las riendas. El seleccionador, Eddie Jones, analizará las causas, pero al XV de la Rosa le faltó hambre. Dio la impresión de que ni siquiera contemplaron la opción de hacer cuatro ensayos; apenar lograron uno y en el primer tiempo canjearon sus golpes de castigo con tiros a palos. Publicado por Mascherato viola en 1:27 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest Etiquetas: deporte, rugby