Desde Los Angeles a San Francisco por 48 dólares viajando durante la noche y durmiendo en esta especie de híbrido que solo podía resultar “made in America”. Hay usuarios que lo prefieren al avión y dicen que ahorran dinero por ser más barato el billete que el de un vuelo, además de no gastar en un hotel donde pasar la noche.
Uno, que sufrió durante cierto tiempo las inclemencias de los viajes largos por carretera en un medio público de transporte, preferiría siempre el avión, aunque el invento no deja de despertar, cuando menos, la curiosidad de probarlo.