La apnea del sueño, en términos coloquiales, se produce cuando los músculos de la garganta se relajan y bloquean las vías respiratorias durante el sueño. Se asocia a la obesidad, a enfermedades cardiobasculares, a diabetes...
Aunque tiene signos inequívocos, como fuertes ronquidos o fatiga diurna, la Apnea del sueño no se diagnostica en el 75% de las ocasiones.
Diagnosticar la apnea del sueño supone un proceso carísimo. La polisomnografía, o estudio del sueño estándar médico, requiere de un técnico que conecte más de 20 cables al cuerpo del paciente y haga el posterior seguimiento durante la noche. El coste medio es de unos 2500€, haciendo impensable la idea de hacer estudios del sueño clínicos una vez al mes para supervisar el progreso.
Aquí es donde entran los wearables, los avanzados, con aprobación del FDA y respaldo clínico. A diferencia de la primera generación de wearables que medían el movimiento y , aveces, la frecuencia cardíaca, los nuevos wearables clínicos de consumo, como el recién lanzado SleepImage, pueden medir el ritmo cardiaco (ECG), el volumen de respiración e incluso el de los ronquidos a través de la vibración de los tejidos. También pueden mantener control sobre el movimiento del cuerpo o la posición.
Esta relación entre ritmo cardiaco y respiratorio se asigna a las fases del sueño y trastornos respiratorios que hasta ahora sólo una polisomnografía podía medir.
El SleepImage es un disco pequeño, ovalado, que se pone en el pecho, junto al corazón. Incorpora también un electrodo que se fija más abajo, en las costillas. Pasada la noche, nos lo quitaremos y cargaremos los datos, viendo un desglose muy objetivo sobre el sueño:
- Etapas de sueño estables frente a inestables,
- sueño REM,
- recuento de ronquidos,
- posición e interrupciones del sueño.
- Ofrece más datos biométricos que podemos oferecer al especialista, que le servirán para distinguir patrones cardio pulmonares de la apnea obstructiva del sueño y otros trastornos respiratorios relacionados con el sueño.
No estamos hablando, sin embargo, de un producto barato. El sleepImage cuesta $249, a lo que habría que añadir su servicio de datos a nivel consumidor ($ 99 al año) o a nivel de prescripción ($ 149 por año), pero indudablemente es mucho más barato que la polisomnografía, por no hablar de la comodidad de monitorizarte a tu antojo, y en el propio domicilio.