No sé si es la edad.......o la astenia primaveral....el caso es que cada día que pasa llevo peor lo de trabajar por las tardes. Me posee una especie de sopor del que soy incapaz de huir. Hasta noto los párpados tan sumamente pesados que estoy por adoptar el método del gato Tom
Y mira que yo intento venir motivada. Pero no hay manera....la perspectiva de la tarde me puede. Lo ¿mejor? es cuando resulta que te propones dedicarte a actividades que no precisen mucha rumba neuronal, más que nada porque no tienes el cuerpo para ello, y llega tu compañero el itinerante.
El itinerante es un compi que no "reside" todo el tiempo en la oficina, sus quehaceres le permiten pasar una parte de su jornada por el mundo mundial. Razón por la que casi siempre llega fresco como una lechuga( no como yo que tengo un moreno lámpara fluorescente de un color impreciso a estas alturas del año....)
pues eso...que como él llega de respirar el aire primaveral y no el desagüe del lavabo pues tienes fuerzas y ganas de contar:
a) chistes........y yo no soy muy de chistes la verdad....y claro intento disimular y como medio sonreir.. por quedar bien más que nada.
Los no chisteros somos una subespecie muy incomprendida...
b) sucesos de la jornada: a ver quién reprime un bostezo ante su relato sin levantar sospechas, que se me saltan las lágrimas y todo de contenerlo.
-Por qué lloras?
-Por nada por nada, es que se me ha metido un pelo en la lentilla.
c)consulta sobre un tema que "supuestamente" dominas: y ahora qué hago? momento dramático cuando decide preguntarme sobre algo que debería saber...pero si no recuerdo ni cómo me llamo en estos momentos!
Logro salvar los obstáculos, se va a su cubículo y empieza a silbar....creo que estoy teniendo una crisis...
Sabéis cuánto puede caerme por asesinato no premeditado pero deseado de compañero de trabajo?
Tengo que hablar con expertos e ir elaborando un plan de fuga por si las moscas....
Love and kisses,
Fani