Es mi manera de corregir las actividades a los más pequeños. Siempre triunfa, y a ellos se les queda la misma cara que al dibujillo que les hago.
- ¿Eso quiere decir que muy bien?
- ¡Pues claro!
Así que pensé, que porqué no me hacía ya un sello con la Happy face. Tantos años dibujándola... ya tocaba tener un sello.Busqué una imagen por internet, que calqué en papel vegetal. La traspasé a la goma de carvado, y después, a carvar.No sabía si hacerla en positivo o en negativo.Al final me decanté por la negativa por dos razones: una, gasto menos tinta, por lo tanto, me pringaré menos cuando lo guarde; y dos, a mis alumnos les gusta pintar las caritas por dentro.
Días más tarde le puse como base un tapón de botella de suavizante. Queda grande, pero perfecto.