Soban, mesa tradicional coreana

En épocas de crisis, dicen los expertos en marketing, que vuelve la tendencia retro: lo viejo se convierte en lo más nuevo. Actualmente, en Corea está de moda el mobiliario de diseño escandinavo: funcional, sencillo, luminoso.

Los escandinavos son un pueblo que han vivido en la penuria durante toda su historia, sólo recientemente, desde la segunda mitad del s.XX se han convertido en un modelo de desarrollo económico y social envidiado en el mundo entero. La historia de los pueblos vikingos es la historia de la escasez de recursos, de espacio (las casas eran pequeñas) y la escasez de luz (sobre todo en invierno) que estructuraron las bases de lo que hoy se conoce como diseño sueco, que no es más que la solución para adaptarse a un contexto adverso y paupérrimo.

La historia de la vida doméstica de los escandinavos es similar a la de los coreanos en el sentido que ambos, tradicionalmente, han vivido en casas pequeñas, por lo que su mobiliario era pequeño, funcional y se reducía a lo estrictamente necesario. Estaban hechos de buenos materiales porque debía durar varias generaciones, los recursos no eran abundantes como en nuestras sociedades de la abundancia. Pero hay un mueble que identifica las diferentes formas y costumbres de ambas culturas, y es la mesa. La mesa coreana es pequeña y bajita, no porque los coreanos sean bajitos (que también) sino porque hacían vida en el suelo. El suelo de las casas coreanas tenía calefacción (sistema ondol, introducido en el período de los Tres Reinos, hace más de 1.000 años) por lo que podían hacer vida “en el suelo” incluso en invierno. De hecho, la forma más eficiente de aprovechar un espacio reducido es sentarse en el suelo prescindiendo de las sillas, y hacer que las mesas sean a su vez pequeñas y portables para sacarlas cuando se va a comer y guardarlas cuando no se utilizan, dejando libre el espacio.

Las mesas tradicionales coreanas se llaman soban, y hoy día siguen siendo populares tanto en los hogares como en los restaurantes.