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Una de las cosas mas ricas que hay es un buen sobao pasiego. No eso que venden por ahí en formato individual y muy pequeños, no... un sobao de verdad es un sobao GRANDE, ande o no ande, y cuanto mas amarillo sea, MEJOR, ya que eso significa que la mantequilla es componente principal del sobao.
El sobao pasiego es típico de los Valles Pasiegos, en Cantabria, y según la wikipedia, la receta es esta:
"Su receta consta de un kilo de azúcar, otro de mantequilla, 900 gramos de harina, 12 huevos, una pizca de sal, limón rallado, una cucharada de ron o anís y un poco de levadura en polvo. Se mezclan el azúcar y la mantequilla, se añade la sal y el limón, y se continúa amasando. Seguidamente se incorporan los huevos poco a poco, junto con una cucharada de licor. A continuación se añaden la harina y la levadura. Una vez esté lista la masa, se deposita en moldes de papel y se introduce en el horno, procurando una cocción equilibrada en toda la superficie."
Yo ya había probado sobaos muy buenos, ya que aunque en Andalucía los hay, no son fáciles de encontrar y tampoco suelen ser baratos, pero en toda la franja norte se encuentran fácilmente. Hubo un antes y un después tras un viaje de fin de semana que hicimos a visitar a unos amigos en Santander, porque estando a punto de volver el domingo por la tarde en dirección a León, nos regalaron una caja de una marca que no había visto nunca: El Macho.
Sencillamente espectaculares. En su web Casa el Macho, podéis pedirlos desde cualquier punto de España.
Pero lo que venía a contar hoy era otra cosa. Debido a las restricciones impuestas esta Semana Santa por el Covid19, no hemos podido salir de la Autonomía de Castilla y León, así que nos escapamos un par de días a conocer Palencia y Burgos. Y fue en Burgos, comprando algunas cosas para traernos a León, donde la chica que nos atendía nos dijo que tenían una marca de sobaos pasiegos que tenían IGP y habían ganado el premio al mejor sobao en el año 2.019.
Pero tampoco fue esto lo que me llamó la atención. Fue la forma de prepararlos lo que me dejó un poco con cara de poker. Según nos comentó, cortaba cada sobao en tres trozos, y los pasaba por una sartén sin echar absolutamente nada mas en la sartén. Afirmaba que con la propia mantequilla del sobao, se doraba, y que estaba exquisito. ¿Qué podía hacer ante aquel experimento que me proponían?. Correcto, comprar los sobaos y probar en casa lo que nos comentó la chica.
Y este que podéis ver es el resultado final:
Conclusión: ciertamente están muy buenos, porque tienen un sabor curioso, mezcla del dorado y del propio sobao, peeeeero, yo creo que al final es un poco desmerecer el producto original, que ya de por si esta bueno tal cual. Como experimento no ha estado mal, pero en lo que a mi respecta, los prefiero al natural.
Consejo: si decidís probar, ojo cuidao que se queman con solo mirarlos. Hay que estar pendientes para que no se quemen!
Hasta la próxima!
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