De un tiempo a esta parte vengo viendo, como lector y sobre todo como editor, que todos tendemos a poner más comas de las necesarias cuando escribimos. Y lo hacemos no solo las personas de a pie, sino sesudos escritores, periodistas, políticos o columnistas.
Quiero compartir con mis lectores algunas reflexiones al respecto; si me permiten ser un poco presuntuoso,, las normas que yo me auto impongo:
1. Si a la hora de poner una coma se duda, mejor no ponerla.
2. Las comas después de la primera palabra de una frase suelen ser innecesarias.
3. Las comas que se ponen por delante y por detrás de una palabra suelen ser innecesarias; al menos una de ellas.
4. Si se ha de pecar de algo, ha de ser de poner pocas comas.
5. Aconsejo escribir una frase sin comas y tras leerla no poner ninguno o solo hacerlo allí donde no hacerlo generaría confusión o cambiaría el sentido de la frase.
No es una lista exhaustiva, pero me ha venido de gusto compartir mis reflexiones. Creo que tenemos mucho camino por recorrer para mejorar nuestra comunicación escrita, que a veces pienso que estamos abandonando.