Sobre...

Calladito más bonito

Rodrigo Villalobos…
Me llamo Sol Elena, mi madre se llamaba Lucia, era maestra y la más grande admiradora de este autor: en el hospital, lo leía cuando decidió irse a vivir con los abuelos, y no nos lo devolvieron. 
Un día de estos, haces meses, Dell que nunca viene por aquí desde que mamá murió, me lo enseñó y después porque yo no quería soltarlo, me regaló, −Eso sí, me dijo, te toca hacer una crítica que yo sé podes hacer…

Me emocioné tanto porque fue como cuando mamá trajo el primer libro de este autor, y cuando los chiquillos que eran mis compañeros lo montaron en varios skeths de teatro, y me pidieron hacer el vestuario, porque Yo soy lenta de entendimiento, como muchas otras cosas en la vida, por eso he tardado tanto en hacer la critica que me pidieron. Espero entiendan que a veces nosotros las personas con capacidades especiales hacemos las cosas distintas, pero con ayuda de tío, en la compu y oficina de mamá, hice lo mejor que pude. Ojalá les guste…
Este autor, ha evolucionado del mismo parecer en que los arboles de naranjo dejan caer sus azahares después de la maduración digna del buen lector, eso me diría mamá, yo entiendo todas sus palabras como un testimonio de vida. Tío me dice que en la época en que ellos crecían, decir esas cosas era muy común y era parte de lo popular. Estaba uno en onda, cuando con los amiguillos, mientras jugaba bola chiroteaba esas palabras, luego vinieron los setentas y ese hablar casi se extinguió, y la gente se fue educando, aprendiendo a hablar distinto, olvidando sus costumbres…Sobre el libro  

La institución del arte moderno presenta, entre otras peculiaridades sobre la práctica de los lectores, e incluso dice que su práctica es eminentemente reflexiva: el arte moderno es inseparable de la crítica de arte, pues esencialmente el artista es ya un crítico, aunque no lo sea explícitamente. Naturalmente, esto no significa que las poéticas, las escrituras no modernas no dispongan de discursos capaces de apreciar y valorar sus productos, quiere decir tan sólo que la obra de arte moderna exige y promueve un tipo especial de crítica que, con el tiempo, ha perdido sus apellidos: aquella que emerge de la obra misma, que se impone el deber de estar a la altura de lo criticado, que extrae los criterios en función de los cuales valora la obra misma que se trata de juzgar…Esto según Barthes

El libro es muy distinto al anterior porque el otro, nos evocaba una Costa Rica que, de no ser por las habladas de la vieja generación, casi todos desconoceríamos, sobre la misma línea del anterior es una obra más señera del autor, y demuestra sin lugar a dudas que sabe muy bien cómo comunicar ese rico mundo interior que se encuentra en los pequeños detalles, y en los recuerdos que todos llevamos en alguna parte…
Sobre el libro

Aunque, como tantas otras cosas en la modernidad rezagada en la que vivimos, este fenómeno ha llegado a trivializarse de tal manera que la asociación de "el escritor y su crítico" se ha convertido en una grotesca pareja de hecho, lo cierto es que una corriente estética no puede ser del todo apreciada si no instala un espejo en el cual reflejar sus intenciones y su carácter más propio, fue muchas veces el necesario aparato de mediación y de recepción de un nuevo movimiento literario -cuyo centro más visible, aunque no exclusivo, es una sociedad que hemos ido olvidando…de nuevo Barthes.
Hasta aquí llego yo, porque no puedo explicar más que para mí es un buen libro, y que lo voy a cuidar mucho, lo prometo, a mamá le hubiera gustado así.

Ah. Se me olvidaba, Gracias señor Villalobos por ser usted, y contarme (me imagino yo) estas bellas narraciones, mis amigos del centro donde hago voluntariado, les gusta mucho, y me han explicado, porque no es como en google, lo que son los oficios de los personajes y qué representaban hace unos años, y entendí que un telegrafista, era a su modo parte de la ciudad, lastima que ya no haya…
Para La Coleccionista de espejos: Sol Elena y tío…

Cómo diría tu má, No lo podía hacer mejor.
Gracias